viernes, noviembre 22, 2024

Seis años luchando contra unos inquilinos morosos que luego pasaron a ser okupas

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Susana T. lleva años ‘peleando’ contra una Justicia de risa para recuperar su casa de Cartagena de unos okupas que hasta la denunciaron…¡por acoso!

Cuánto daño habéis hecho a la sociedad podemitas y perroflautas. Cuánto daño estáis haciendo maleantes y vividores, apoyándose en nuestra patética Justicia, para destrozar la vida de las buenas personas. En fin…

Susana T, trabajó duro durante veinte años para tener su casa en Barrio Peral, Cartagena. Pero el destino le jugó una mala pasada y hace seis años tuvo que marchar a Asturias por problemas familiares.

Tenía que alquilar su casa. Su vida, sus cosas puestas con cariño…tenía que confiarlas a otras personas para poner tierra de por medio y seguir adelante.

Depositó sus esperanzas en una familia de buena apariencia (maldita la hora). Buenas nóminas, la mujer retirada de la ONCE y el marido trabajando.

Llegó la hora de marchar y pensó que dejaba su casa en buenas manos. Repetimos, maldita la hora. Comenzó así una pesadilla que dura ya cinco años y que todavía no se ha resuelto.

“El primer año fue regular. Se le olvidó pagar algún mes. La llamábamos y nos contaba entre lágrimas alguna pena. Nosotros, como buenos tontos, la creíamos y nos hacíamos cargo de esas cuotas”, comentó Susana T. a cuartaedicion.com

Pero la cosa fue a más. Algún mes pasó a ser varios meses seguidos. “Pasados unos meses sin pagar ni tener noticias, nos pusimos en contacto y nos dijo que estaba malita en el hospital. Unas semanas después volvimos a llamar y el marido nos dijo que su mujer estaba de vacaciones en Holanda. También me llegó a decir que le había pagado a mi marido y que si no me decía nada, es que se lo estaba gastando por ahí…que lo vigilase”, siguió diciendo Susana.

Ahí fue cuando saltaron las alarmas. Les estaban tomando el pelo. Mentira tras mentira sin intención de pagar.

Rápidamente se pusieron en contacto con su abogado de entonces, que mandó un burofax a los inquilinos. Volvió a pagar, pero nada de los atrasos que debía.

Pasaron los meses y la situación empeoró. No pagaba ni contestaba al teléfono y cuando lo hacía era escupir insultos de todo tipo sin venir a cuento.

Llegó mayo del 2018. Susana pudo hablar con los inquilinos morosos y les comentó que el contrato se cumplía y no iba a renovarles lógicamente y tenían que abandonar la casa. La respuesta de la inquilina les dejó de piedra.

“Me importa un pijo. Ahora me quedo de okupa y estás que me echáis. Como la casa tiene hipoteca, cuando os la quiten me tiro otros cinco años más. No tengo que pagar”. Y el problema es que tiene razón. A esta gentuza la ampara la mierda de Justicia que reina en España. En resumidas cuentas, un okupa es una persona que entra en tu casa y tu te tienes que hacer cargo de todos los pagos un inquilino moroso es una persona que deja de pagarte y tu te tienes que hacer cargo de todos los pagos y lo peor que te dejan de pagar y ellos mismos se denominan okupas. Así de simple y lamentable. 

Llegaron los problemas económicos para Susana y su abogado de entonces se lavó las manos porque no había más que rascar. Contrató entonces uno de oficio, que puso una demanda y la orden de desahucio oportuna. Mientras tanto, Susana siguió llamando a la morosa, que ahora era okupa, de buena fé, para que abandonase la casa sin mayores problemas.

¿Saben que ganó con eso Susana? Una denuncia por acoso de la okupa. Tuvo que presentarse en comisaría e ir a juicio. Juicio que lógicamente ganó, ya que era contra la que ocupaba su casa. Hasta ahí podíamos llegar.

La que sí recibió acoso fue Susana por parte del banco, ya que al no ingresar dinero del alquiler, no podía pagar la hipoteca. Estos impresentables la llaman día sí, día también. Desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche y encima ya está en la lista de morosos (es increíble cómo funciona España; si eres honrado y trabajador, como cometas un fallo, te arruinan a vida. Pero si eres un malnacido vividor, la Justicia te protege gracias a corruptos políticos que compran votos para enriquecer sus bolsillos).

No escuchan. Les importa un pimiento que te ocupen la casa, como si te mueres…son máquinas que siempre dicen lo mismo por teléfono. Robots con sangre de horchata que esperan que los clientes se bajen los pantalones para cobrar sus míseras comisiones. Así funciona los bancos. Así funciona España…continuamos…

24 de enero de 2020. Buenas noticias y jarro de agua fría

El 24 de enero era la fecha impresa para la orden de desahucio. La guerra había terminado…o eso pensaban.

Susana manda un mensaje a su abogado el día 22, ya que vive todavía en Asturias y quiere saber si necesita algún documento. Pero la respuesta de éste la dejó helada. “No prepares nada. Ahora te llamo”.

Resulta que la morosa que luego pasó a ser okupa no había recogido ninguna carta de desahucio. Y si no te das por enterada, no te pueden echar (otra ley de risa de este circo bien montado).Vuelta a empezar.

Ahora hay que hacer otro recurso y más meses de espera. Susana T. tiene el 26 de noviembre el alzamiento. Acabará recuperando su casa, después de años de sufrimiento y se encontrará su hogar destrozado. Esta familia de okupas, padre y madre con sus dos hijas, se irán de rositas.

Esta es la triste historia que se repite en España día tras día. Una situación dramática e injusta que sufren miles y miles de españoles.

Apoyados por políticos corruptos, esta gentuza que se hace llamar okupas están protegidos, destrozando el bienestar de familias honradas que han luchado por su hogar con sangre y sudor.

cuartaedicion.com seguirá muy de cerca el caso de Susana T. y publicará, al menos, una vez por semana, un caso de okupas de los cientos de miles que se dan en España.

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