La presunta víctima de 13 años dice en la vista oral que, aunque no recuerda nada, los abusos no se cometieron
Tres años de cárcel. Eso es lo que pedía y sigue pidiendo la fiscalía malagueña al empresario murciano Tomás Olivo por un presunto delito de abusos sexuales a una menor de 13 años. Supuestamente, los hechos se produjeron en un vuelo Madrid-Málaga. El juicio se celebró ayer en la ciudad andaluza y quedó visto para sentencia.
La menor apuntó en la vista oral que, aunque no recordaba nada, los abusos no se cometieron. Cambio de versión que no sorprendió a nadie, ya que fue anunciado hace días en un comunicado por Tomás Olivo, donde el empresario asegura que el relato de la menor era falso.
Sorprendentemente, pese a ello, el ministerio público ha mantenido su petición de pena de prisión, apoyándose en la declaración que hizo la menor en su día.
Los supuestos hechos
El 5 de septiembre de 2019 el presunto culpable viajaba como pasajero en un vuelo Madrid-Málaga cuando se cambió de asiento en dicho vuelo y se acomodó junto a la menor, que viajaba sola.
Siempre según la versión acusatoria provisional del fiscal, la supuesta víctima se quedó dormida y se despertó al notar que le estaban tocando sus partes por debajo del pantalón.
Cuando despertó, recriminó la actitud del empresario y pidió un cambio de asiento al azafato.
El fiscal ve un claro delito de abuso sexual y que no han concurrido circunstancias modificativas de responsabilidad criminal. Además de la pena de prisión, la acusación pública pide medida de alejamiento consistente en que el acusado no podrá aproximarse a la menor ni a su domicilio o centro de estudios a una distancia inferior a 500 metros, ni comunicar con ella por cualquier medio, en especial, por vía telefónica, durante el plazo de cinco años. Por vía de responsabilidad civil, el ministerio público en su escrito pide que sea condenado a indemnizar a la menor con 2.000 euros.
