sábado, julio 27, 2024

Mi experiencia y calvario con las mascarillas “fake”. Descontrol y nefasta gestión de Salud Laboral

publicidad

Pordría interesarte...

Relato de una enfermera que utilizó las denominadas mascarillas “fake” desde el hospital general universitario Santa Lucía en Cartagena, Murcia

  Soy enfermera desde hace más de 10 años y actualmente trabajo en el hospital Santa Lucía de Cartagena. 

El pasado miércoles 15 de abril me encontraba trabajando en unidad de pacientes covid positivos. Como de costumbre, trabajamos en equipo; procuramos minimizar las exposiciones al virus dentro de lo posible y repartimos las tareas entre todos. Esa vez entré en turno de tarde…

Trabajamos 12 horas, así que me dieron mi ‘nueva mascarilla’… La miré y me extrañó, sin filtro, pone N95, lo comenté con una compañera. Nos parecieron inusuales y se lo comunicamos al superior. Nos dijo que eran las nuevas que les han enviado del sms. Bien, si las han mandado ellos, pues confiemos. 

  Llegó la hora, me coloqué el epi y mi nueva mascarilla, agobiada como siempre pero dispuesta a trabajar. Pasaron los primeros pacientes, cuidados y extracciones de gasometrías, fui a la siguiente.  Llevaba un sistema de oxígeno de alto flujo, le dije que se pusiesen mascarilla quirúrgica al entrar; hablé con ella, le pregunté cómo estaba mientras le extraía muestra de sangre. Me dispuse a explicarle que le iba a administrar nebulizaciones con cámara cerrada (como las de los niños) y que es lo que tenía que hacer. Se las administré y pensé que este era mi mayor momento de exposición al virus pero no pasa nada, llevaba mi equipo… y mi mascarilla. Terminé, me llevó una y media. Fui a ducharme y cambiarme. Terminé mi turno y volví a casa. Abracé a mis hijos y marido porque creía que estaba limpia y hacía mi vida normal. 

Jueves 16 de abril. En casa continué mi rutina como siempre, deberes, tareas, comida… Por la tarde dejé a mis niños para ir al hospital, ya que entraba a las 20 horas. 

Al llegar nos retiraron mascarillas… pero… ¿por qué si las solemos usar todo el ciclo?? No sabían decirnos, parece ser que permiten menos tiempo de exposición.  Bueno pues nada, usamos nuevas. La noche trascurrió como siempre. Vuelta a casa y a dormir. 

Viernes 17 de abril. Desperté y tenía el móvil saturado de mensajes… Las mascarillas que usamos no protegían…. menudo escalofrío…¿y ahora qué?

Tras muchos mensajes…mi superior decidió confinarnos en casa hasta nueva orden. Nos llamarían desde Salud Laboral para hacernos las pruebas. Aisladas, nosotras y nuestras familias…claro.

Sábado 18 de abril. Mi marido no trabajaba, pero si lo ha estaba haciendo porque su empresa se declaró esencial. Necesitaba saber si iba a ir el lunes. Llamé a un teléfono de salud laboral de guardia y comenté lo que pasaba. Me pidieron todos los datos y explicar cuándo las usé y en qué circunstancias… me cursaban baja por covid, que es baja laboral. Que ya me llamarían para pruebas. En cuanto a mi pareja, que no pasaba nada, que podía ir a su trabajo porque yo no era positiva… ¿pero como lo sabían si aún no me habían hecho pruebas? Si debía pasar una semana hasta que me realizasen PCR, ¿no?. Flipando, pero era sábado. A esperar al lunes.

Por la tarde me llamaron del servicio de Salud Laboral. Expliqué todo, otra vez, llamé antes pero no guardaron ni un dato…en fin. Me dijeron que me avisarían el miércoles o jueves para PCR y serología. Pues a esperar… ya estaba agobiada pero me encontraba bien. Serían los nervios… 

Domingo 19 de abril sin noticias

Lunes 20 de abril . Mi marido cursaba baja desde primaria a expensas de los resultados de mis pruebas.

Martes 21 de abril. Mensaje de mi ‘súper’ a las 9.00 horas para las pruebas. Por fin, algo positivo, a esperar.

Jueves 23 de abril. Fui al Santa Lucía a mi servicio junto con otros tantos compañeros. Nos realizaron PCR los otorrino (por cierto es supermolesta) y analítica para serología. Ya nos avisarían con resultados.

Viernes 24 de abril. Mi doctora de primaria me llamó, no Salud Laboral. Tengo la igM positiva, le ha llegado mi resultado. Me preguntó por todo y le comenté que estaba esperando resultado de PCR . Me dijo que aunque fuese negativa tendría que repetirla a la semana porque podía ser un falso negativo. De momento aislada y que estuviese tranquila puesto que no presentaba síntomas . Tranquila, dijo… claro.

Sábado 25 de abril. Me llamó mi doctora otra vez, no Salud Laboral, y me dijo que mi PCR era negativa. Me citó para un test rápido el día 7 de mayo, que ya habían pasado 14 días de la serología y que esperáramos a que me repitiesen PCR. Otra vez que estuviese tranquila, etc… como si fuera tan fácil. 

De paso, me comentó que no tenía ni idea de mi baja laboral que si yo sabía algo…¿ cómo? Eso es algo que se cursa desde salud Laboral. ¿Es que no estaba de baja? Llamé al teléfono de salud laboral de guardia…  

Me cogieron, otra vez, todos los datos como si fuera la primera noticia que tuvieran de mi caso…que los sábados no tenían acceso a nuestras historias… me comentaron. Les hice saber lo molesta que estaba por no llamarme para darme los resultados. Si no llega a ser por mi doctora, ni me entero. Quería saber en qué situación estaba con la baja laboral. Me preguntaron cuándo fue el primer día que tenía que haber trabajado desde que me aislaron, ojo, no desde que me confinaron y cuándo tendría que trabajar de nuevo. Le dije pues mañana noche, debería estar trabajando hoy. Ah, pues como no tienes síntomas ya te puedes incorporar… me quedé a cuadros y le dije que tenía igMpositiva y no me habían repetido PCR. Dijo que era el protocolo  que estaban dando falsos positivos. Le comenté que no era la única en esa situación y que a otros compañeros les habían dicho otra cosa desde su servicio (a mí no, ni me llamaron para darme los resultados). Le informé que no me iba a incorporar y que el lunes cuando tuviesen a mano mi historia que me llamasen.

Llamé a mi ‘súper’ y se lo comuniqué. A esperar que me llamasen el lunes.

Lunes 27 de abril. Sin noticias. El jefe del Servicio lo estaba gestionando. A esperar.

Martes 28 de abril. Me llegaron noticias de que no era la única a la que le habían dado el alta en mi situación…me preocupé más. Hablé con mi ‘súper’ y varios compañeros que estaban como yo. Ya no me fiaba de nada en lo absoluto. Descontrol total. 

Miércoles 29 de abril. Decidí llamar a salud laboral para hablar exclusivamente con la única persona que me había llamado para realizarme las pruebas cuando empezó esta pesadilla. Se disculpó por el hecho de que su servicio no se comunicase conmigo y me dijo que estaba de alta desde el domingo y por eso mi caso estaba cerrado…¿cómo?

Alucinando pero intentando no perder los nervios y decirles cuatro cosas, le expliqué, otra vez, que tenía el igM positiva, que tenían que repetirme PCR, que mi doctora de primaria me lo había dicho y que a otros compañeros se lo habían dicho desde su servicio. (A mi no, ni me habían llamado). Me comentó que nuestro servicio no estaba de acuerdo con el protocolo y que lo iban a gestionar ellos. Que verían lo de mi baja para arreglarlo. Que hablase con mi superior… me arreglaron lo del alta… llamé a mi ‘súper’ y se lo conté. Me señaló que iba a intentar hacernos pruebas el lunes. Increíble. ¿Era tan sencillo y los de Salud Laboral no podían gestionarlo? Bien, a esperar de nuevo.

Jueves 30 de abril. Me llamaron desde el hospital, que fuese a realizarme PCR por la mañana. Eran las 11:30 y tenía que estar en una hora. Nada, sin prisas… llamé a mi ‘súper’ y ¡no sabía nada!. Me volvieron a llamar de salud laboral, pero… “¿ayer no quedamos en que ya se desentendían de nosotros?”

En fin, como ya había pasado una semana, me repitieron las pruebas. Al día siguiente era festivo…¿cuándo me llamarían entonces?

Un auténtico desastre, mala organización, mala gestión,… no se como explicar la impotencia que sentí en ese momento. 

Estate tranquila, me decían, si no tienes síntomas…bueno, no sé: insomnio, palpitaciones, dolor de estómago, cólico y ganas de llorar. Y a esto le sumas el no saber si, aunque no presente síntomas respiratorios, si se lo había pegado a mi familia. Nervios, pero no hubiese sufrido esa ansiedad si el servicio hubiese cumplido con sus funciones, como es debido, dentro de los plazos limitados. Ya que, si fuera por ellos, aún estaría esperando a que me llamaran para decirme el resultado de mis pruebas.

No quiero ser héroe, quiero hacer mi trabajo protegida y si en algún momento hay un incidente (llamémoslo así)  de seguridad… saber que cuento con un servicio que me protegerá y proporcionará soluciones. Para buscarme la vida sola me sobran muchos despachos.

Si quieres puedes invitarnos a un café y así ayudarnos a mantener el periódico aquí:

Últimos artículos

publicidad