viernes, noviembre 22, 2024

“Eppur si muove”… por mucho que quieran negarlo

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Artículo de opinión de Carlos León Roch

Era al principio del siglo XVI cuando Galileo Galilei se vio “obligado” a retractarse de su teoría de que la Tierra no era el centro inmóvil del Universo, sino que giraba alrededor del Sol…Y así lo hizo ante la anclada ideología religiosa antropocéntrica de la época… Pero, parece ser que “sotto vocce” ( “abonico”, decimos en Cartagena) murmuró…”Eppur si muove”, vamos que, digan lo que digan la Tierra sí se movía…

Algo así debe de estar murmurando nuestro Prf.Dr.D.Iván Negueruela, director de uno de los escasísimos Museos Nacionales situados fuera de Madrid: el de Arqueología Subacuática, el ARQUA…

Claro que el Dr.Negueruela, duro “castellano viejo,” abducido al “bordecico” espítitu del ICUE, sabe, como pocos, armonizar la firmeza con la ironía, y mantiene, con tesón que  “ Sin embargo, existe”, refiriéndose al palacio de Asdrúbal, que él ha localizado, estudiado y con  todos los hallazgos –y las  argumentadas y razonables hipótesis – publicado en un tomo avalado, nada menos, que por la Academia Española de la Historia.

Sí, en la época púnica. Tuvo que atracar (en el sentido naval de la palabra) un gran Publio Cornelio Escipión, para destruir Cartagonova…y el imperio cartaginés, ahora un catedrático, de más allá de los montes, se empecina en desacreditar argumentos, hipótesis y también ilusiones, arrogándose gratuitamente  “la representación de su gremio”, facilitando (sin ser ese, sin duda, su propósito) la construcción de viviendas en la zona… , cuando una sola gran vivienda trimilenaria, el Palacio de Asdrúbal, en sus restos, podría ser la prioridad.

Hay, al parecer, ”evidencia” de que el palacio estuvo ahí, en el cerro del Molinete. Lo que el Dr.Negueruela defiende ardorosa, vehemente y firmemente, es que la probabilidad de su existencia física, más allá de los restos hallados, se confirme, o desmienta mediante unas catas arqueológicas debidamente señalizadas, antes que venga de nuevo el Escipión del siglo XXI atracando (esta vez en la otra acepción) a la Cartagonova del siglo XXI. Antes que el hormigón arrase…

La Historia les juzgará.

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