La denunciante reconoció no negarse a los besos y a una posterior felación
Y seguimos con las supuestas denuncias falsas que pueden acabar con la vida de un hombre. Por suerte, se les empieza a ver el plumero. Peo, ¿quién compensa el calvario de esta persona en el caso de que sea inocente? Que futuro más triste le espera al hombre blanco, hetero y español por culpa de esta lacra feminista.
La sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias ha revocado la sentencia de la Audiencia Provincial de Las Palmas que el 16 de diciembre de 2020 condenó a un hombre a cuatro años y seis meses de prisión por abuso sexual.
Al parecer, una joven lo denunció por someterla a practicar relaciones sexuales a la salida de una discoteca. Pero ahora han saltado dudas sobre el consentimiento de la relación.
La Sala ha estimado el recurso de la defensa en referencia a su primera alegación, vulneración de principios de presunción de inocencia, y por consiguiente ha anulado la condena, ya que entienden que hay dudas en cuanto a si los hechos contados por la denunciante son realmente verídicos. El encuentro sexual pudo ser admitido entre ambos.
Y es que, realmente vergonzoso que este hombre fuese condenado, la mujer reconoció no poner pegas ni a los besos ni al contacto sexual posterior (una felación). Tampoco pidió ayuda a las personas que pasaron por su lado en ese momento…blanco y en botella.
Para más inri, ésta regresó con sus amigos agarrada de la cintura de su supuesto agresor una vez terminadas las relaciones y más tarde le dio sus datos de las redes sociales para seguir en contacto. Tampoco quiso hablar con la policía momentos después.
Por todo ello, la sorpresa del denunciado fue mayor cuando la la autoridad procedió a su detención, exigiendo que mirasen las cámaras de seguridad donde podría quedar claro que el acto sexual fue consentido. Por desgracia, fracasó en su intento.
Lógicamente, y después de todo lo expuesto, el TSJC ha tenido que anular la incomprensible condena de este hombre, ya que existe una duda más que razonable.
Ahora lo que habría que estudiar es una posible condena a esta joven de 19 años, que presuntamente denunció falsamente a un hombre. Tal vez debería pasar por el mismo trago que su pobre y desamparada ‘víctima’.