Ocurrió durante la actuación de la ‘humorista’ en Yecla el pasado 30 de julio
Desafortunado comentario del espectador y peor aún la respuesta de la supuesta humorista. Se abre así un debate nunca cerrado; ¿Las mujeres son graciosas¿ ¿El humor es cosa de hombres?
El pasado 30 de julio la humorista artista Martita de Graná actuó en Yecla con motivo de las fiestas estivales de la localidad de la CARM.
La velada trascurrió con total normalidad hasta que la cómica andaluza tiró de las típicas reivindicaciones feministas, destacando la falta de humoristas femeninas en España, y en el mundo en general.
“¿Habéis pensado alguna vez que en España en el mundo de la comedia somos muchas menos mujeres? ¿Por qué somos menos mujeres haciendo comedias?“
Todo el mundo asentó con la cabeza hasta que un hombre del público (al parecer, el marido de la alcaldesa) apuntó por “falta de gracia de las mujeres”.
Lógicamente, el comentario se llevó los correspondientes abucheos en cuestión de segundos por parte de los allí presentes, pero comentario tal vulgar obtuvo peor respuesta de la propia boca de la supuesta humorista: “Cómeme el coño. A ver si eso te hace gracia”, añadiendo “por gente como esta es por la que pasan las cosas que pasan. Eres patético amigo”, terminó de decir Martita de Graná.
El comentario más que desafortunado del espectador se llevó una respuesta más desafortunada todavía de la cómica, mostrando una vulgaridad de todo menos graciosa.
Se abre así un debate nunca cerrado y que hay que tratar con mucho tiento, más aún con los tiempos que corren.
Vale que el comentario del espectador fue más que desafortunado, pero la respuesta de la humorista fue peor todavía.
Cuando una ‘artista’ se sube a un escenario y lanza una pregunta, tiene que estar preparada para cualquier respuesta. Martita de Graná, con su vulgar contestación, demostró no estar a la altura, dejando a la mujer en mal lugar.
Por cierto, ¿se imaginan que un cómico dijese a una mujer del público cómeme la polla?…estaríamos hablando de una denuncia como mínimo.
Así que ojito; igualdad para todo, no sólo para lo que interesa.