El partido comandado por Abascal, con sus actuaciones, está sirviendo en bandeja de plata la mayoría absoluta al PP en las próximas elecciones municipales y autonómicas
Este diario publicó hace 48 horas el lamentable pacto de Vox con Podemos por un puesto de viceportavoz en el Grupo Mixto de la Asamblea Regional de Murcia a favor de Pascual Salvador. Muchos han sido los que nos han criticado en redes sociales…que si era bulo, que si era una jugada de la Izquierda para dañar a Vox…sinceramente, recordar a nuestros lectores que este diario no se casa con nadie, pero si comulga con los ideales de alguien, son con los de Vox. No obstante, como periódico independiente que es, no cede ante nadie. Y aquí están las pruebas.
cuartaedicion.com ha tenido acceso al acta de reunión del Grupo Parlamentario Mixto del 25 de octubre.
Reunión en la que estuvieron presentes todos los integrantes de dicho grupo: Mabel Campuzano, Pascual Salvador, Francisco Carrera y Juan José Liarte por parte de Vox, Rafael Esteban Palazón y María Marín de Podemos, y Ana Martínez Vidal y Juan José Molina de Ciudadanos.
Pues bien, en dicha reunión se entregó un borrador de Reglamento a cada diputado. Un borrador con unas condiciones, que a continuación vamos a detallar, surrealista.
Lógicamente, Juan José Liarte y Francisco Carrera, los más afectados por estas condiciones planificadas por su compañero de Vox, Pascual Salvador, se levantaron y abandonaron la reunión.
Como era de esperar, este Reglamento quedó aprobado por cinco votos a uno (Mabel Campuzano votó que NO).
A continuación, les vamos a detallar por qué decimos con firmeza que Vox está al servicio de Podemos…¿todo por un miserable sillón?
Pascual Salvador, a pesar de contar con cuatro integrantes en el Grupo Mixto, es decir, la mitad del grupo, cede más recursos económicos y empleados a Podemos, que sólo cuenta con dos diputados. Da el control a la Izquierda por el simple hecho de vengarse de sus compañeros de partido.
Para que se hagan una idea mucho mejor; el Grupo Mixto pasa de tener cuatro a ocho integrantes con la aniquilación del G.P. Vox. La mitad son de Vox. Es decir, tienen el control, pero Podemos mantiene los dos empleados y se queda con la portavocía adjunta. Ciudadanos, por su parte, gana un empleado (se queda con dos) y con la portavocía.
¿Y para Vox, que reparte el pastel el señor Pascual Salvador y cuenta con cuatro representantes? NADA.
Nada de nada. Un asistente (grupo C) para los cuatro, que será elegido por Pascual Salvador y otra portavocía adjunta. ¿Adivinan para quién? Pues claro, para el señor Pascual Salvador.
Liarte y Carrera, nada de nada.
Vox sacrifica sus siglas por odio hacia estos dos diputados, que lo único que han hecho es ser íntegros, justos y mirar por el bien de sus votantes (por el bien de España en general). Vox da el control a la Izquierda por venganzas personales.
¿Realmente se merecen ésto los afiliados y seguidores de Vox? Un partido político está al servicio de los ciudadanos. Tiene que mirar por los derechos de los ciudadanos. Los políticos cobran y muy bien porque representan a su pueblo y se deben a ello, pero está claro que Vox se ha saltado la norma número uno a la torera. Lo ha hecho públicamente y sin esconderse y todo por venganza y odio a dos de sus diputados más fieles desde el inicio del partido.
La aprobación de dicho Reglamento depende de la Mesa, que se reunirá este viernes
Por suerte, dicho Reglamento o carta de venganza menospreciando las siglas de Vox, como quieran llamarlo, tiene que ser aprobado en la Mesa que se celebrará el próximo viernes en la Asamblea Regional.
Es de esperar que dicho Reglamento no sea aprobado, ya que se incumplen ciertas normas. La primera y más clara, que no es un reparto justo y equitativo y no está firmado por todos los representantes del Grupo Mixto, ya que Liarte y Carrera abandonaron la reunión sin llegar a usar su voto.
Pero, repetimos, este pacto que da el control absoluto del Grupo Mixto a la Izquierda, ha sido aprobado, elaborado, regalado, como quieran llamarlo ustedes, por el diputado de Vox, el señor Pascual Salvador (por órdenes de arriba suponemos), teniendo Vox, ojo, cuatro de los ocho diputados que lo integran.
Sumen. Saquen las cuentas y obtendrán como resultado odio y venganza, dejando en el cajón del olvido a los afiliados y seguidores del partido comandado por Santiago Abascal.
La mayoría del PP, en bandeja de plata
Suponemos que Vox tendrán un papel ‘noble’ en las próximas elecciones nacionales, pero queda claro que en las municipales y autonómicas se va a llevar más de una sorpresa desagradable. En Murcia está claro y, por desgracia, está lamentable estrategia se repite en diversas provincias.
Vox tiene un serio problema con su funcionamiento interno y buena prueba de ello es la espantada de varios de sus diputados, concejales, afiliados y un largo etcétera.
Cuánto daño ha hecho la marcha de Macarena Olona y que muchos fieles de Vox le mostrasen su apoyo…
En fin…
Volviendo a Murcia y Cartagena, que es el tema que nos atañe, Vox desembarcó en el puerto de la Trimilenaria con mucha fuerza. Como una ola que arrasa a su paso. Muchos vieron en este partido un futuro para que Cartagena tuviese en el panorama nacional y regional el nombre que se merece y la historia que le acompaña.
Cartagena, en estos últimos cuarenta años, ha sido gobernada por gente de derechas, izquierdas, cantonales, alianzas surrealistas….ha tenido alcaldes de todo tipo; grandes pensadores que se dejaron manipular, grandes intelectos que se dejaron comprar y hasta grandes personas con una bocaza que tuvieron que silenciar…
¿Y qué ha obtenido Cartagena hasta ahora? Pues como bien apuntó Rubén Martínez Alpañez en el diario La Opinión hace algún tiempo, prácticamente nada.
Económicamente, seguimos siendo menospreciados; históricamente, seguimos medio enterrados…tenemos un puerto que mas bien parece una piscina privada para el uso de los cuatro se siempre, las comunicaciones con Madrid y España van de mal en peor…
Teníamos un aeropuerto relativamente cerca y que funcionaba a la perfección y ha sido cambiado por otro que funciona a medio gas y si se descuidan no tiene ni nombre (al final acabará llamándose Manchester United o Real Murcia, tiempo al tiempo).
En definitiva, Cartagena no ha mejorado nada en cuarenta años y hemos tenido de todos los colores en el poder.
Vox entró como un tsunami en nuestro puerto y se ha quedado en una pequeña ola amortiguada por los fangos del Mar Menor y como sigan actuando de esta manera, se hundirán en sus lodos dando la mayoría absoluta al Partido Popular.