jueves, noviembre 21, 2024

Salvador Illa tiene los días contados en el ministerio de Sanidad

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Será el primero en caer de un Gobierno en el que están todos señalados

Cuando esta terrible pesadilla acabe, muchos tendrán que dar explicaciones. No es el momento todavía. Primero hay que controlar, de una vez por todas, este maldito virus que está matando a miles de españoles (y a cientos de miles en todo el mundo, pero hablamos de España). Luego, cuando llegue el momento del politiqueo barato, el momento de olvidar a las víctimas y hacer campaña para reinar en el paraíso de la corrupción, entonces y sólo entonces, rodarán cabezas.

¿Quién lleva todas las papeletas para ser el primero en abandonar el paraíso de las dietas, viajes y sueldos desorbitados? Pues Salvador Illa, ministro de Sanidad. Y con razón, aunque no tiene que ser el único, sólo el primero.

Illa ha sido uno (bueno, hay tantos…) de los más ‘atacados’ por su nefasta gestión al frente de Sanidad. Lógico también en una crisis de este calibre por un virus. Pero, la verdad, sus decisiones han sido de lo más desacertadas.

El coronavirus se tomó a cachondeo en España. Eso es sabido por todos los españoles. Había muchos intereses políticos por delante (manifestaciones de payasas, educación sexual para niños que no saben ni leer, fútbol que mueve millones por doquier…) la lista es muy larga, pero si expertos en la materia declaran a sus ‘jefazos’ de la OMS (Organización Mundial de la Salud) que hay una pandemia que puede matar a miles de personas y tienes que prevenirte, pues oye, hay que hacer caso, ¿no? para eso te pagan.

Pues no, Illa no tuvo el valor (o sí y lo ignoraron) de hacer caso a las recomendaciones de los expertos y su ministerio restó toda importancia al Covid-19. Es más, hasta se mofaron de la peligrosidad de dicho virus. Los resultados han sido desastrosos.

Y es que este Gobierno no puede mentir más. Hay miles de documentos que prueban que se dio aviso y con mucha antelación, de lo que estaba por venir a España.

OMS, ONU, UE…por cierto, cuantas siglas inútiles y que gran cantidad de vividores sacabarrigas se protegen tras ellas para amasar millones…pues eso, si todas estas siglas, que también es verdad que cuentan con buenos expertos en la materia, avisan una y otra vez de que algo gordo se avecina y hay que prepararse, pues hay que hacerlo.

Salvador Illa no hizo caso a las organizaciones. Se ha informado ya de que la OMS advirtió por activa y por pasiva al Gobierno del problema del coronavirus y éstos se lo saltaron a la torera. Vale que el Covid-19 ha hecho más estragos de los esperados, pero las medidas que adoptó el Gobierno español fueron nefastas y el ministerio de Sanidad fue el responsable visible, por lo que Illa tiene las horas contadas.

Es más, hasta el propio Salvador Illa lo sabe. En sus últimas declaraciones dejó claro que su puesto está a la espera de nuevo ocupante, señalando que “todos tendremos que dar explicaciones una vez que pase ésto”. También añadió que “esperaba estar a la altura de las circunstancias”. No lo ha estado o no lo han dejado estar.

Vox ya ha pedido su cabeza y el PP le seguirá

Lógicamente, y con razón, es el momento oportuno para la oposición, ya que Pedro Sánchez, junto a sus ‘murciélagos de compañía’, le han puesto el Gobierno en bandeja de plata.

Vox ya ha pedido su dimisión para empezar y le tendrán que seguir el resto del Gobierno al completo. Por su parte, el PP también prepara una carga contra el ministro de Sanidad por su “falta de previsiones”.

La patética gestión de Sanidad no ha pasado desapercibida para casi nadie. Hasta las Comunidades Autónomas, casi al completo, se han sumado a la propuesta. Madrid, Cataluña, Valencia, Castilla-La Mancha y Castilla León entre otras, han informado abiertamente a través de sus responsables la falta de conocimiento de medidas a tomar por culpa del ministerio de Sanidad.

Queda claro por todo ello que Salvador Illa abandonará su cargo más temprano que tarde. Así lo anunciará el Gobierno de Pedro Sánchez para buscar víctimas e intentar salvar su trono y el de sus más allegados, pero no se equivoquen, España quiere más cabezas y apunta muy alto, como debe de ser. Más de diez mil muertos y cien mil contagiados, de momento (quedan muchos más por desgracia), son un buen argumento.

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