Artículo de opinión de Carlos León Roch
La infructuosa “ Moción de Censura” presentada por VOX contra el Presidente del Gobierno tenía asegurado su fracaso, tuviera o no razón, debido al todopoderoso dominio de las mayorías parlamentarias, ese ”argumento” que supera y desborda –en el sentir demoliberal- a la propia verdad… Y eso lo sabíamos todos, también los de VOX.
Pero, en sentido estricto de la moción, lo que pretendían es ”censurar” la gestión del Presidente y forzarle a dimitir, como, en caso previo, le ocurrió al “presidente anterior”, de otro partido político.
Y, si en aquella ocasión todos los partidos mayoritarios consiguieron el cese del Presidente, acusándolo de corrupción (cuestión puesta en duda en estos días, tras resolución judicial) en esta ocasión los Srs. Diputados eran convocados para que, con su voto personal se opusieran a la censura; o ”pasaran” de la cuestión (absteniéndose); o consideraran que el Sr,.Presidente merecía ser censurado por su mala gestión en el gobierno de la nación.
La certeza de la derrota de la moción no justifica éticamente, el tácito apoyo a una gestión que muchos consideran nefasta.
En símil épico, si los defensores de Numancia, o de Sagunto, o los habitantes de Móstoles hubieran valorado sus posibilidades de supervivencia, la Historia habría sido otra.
Y el Honor, también.