miércoles, noviembre 13, 2024

Los intentos de imponer la voluntad de la ONU al mundo aceleran

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Escrito de Ordo Iuris

La marcha de los radicales de izquierda “a través de las instituciones” está ganando impulso. Ya sabemos que en 2023 la Organización de las Naciones Unidas trabajará en la implantación global de la educación sexual y la “Educación Transformativa de Género”. Ahora, trabaja en una convención que declare la defensa del matrimonio como “homofobia” y la “homofobia” como crimen contra la humanidad. También avanzan los trabajos para restringir la libertad de expresión en nombre de la lucha contra la “desinformación”.

Sin embargo, en las próximas semanas se librará una batalla para reconocer el aborto como un derecho humano. El siguiente paso que cabe esperar a partir de entonces, es el reconocimiento de que la mayor parte del mundo viola los derechos humanos al proteger a los niños no nacidos, y que los verdaderos defensores de los derechos humanos son China o Canadá, donde un niño puede ser asesinado incluso durante su nacimiento.

A principios de septiembre, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución que nombraba el aborto como derecho humano. En aquel momento, dimos la voz de alarma de que este tipo de resoluciones, formalmente no vinculantes, están configurando el derecho consuetudinario, influyendo en la interpretación de los derechos humanos y son una amenaza real para los sistemas jurídicos nacionales. La reiteración periódica, documento tras documento, de que el aborto es uno de los “derechos humanos” podría conducir rápidamente a la imposición del “aborto a petición” en todos los países.

En la actualidad, se está ultimando una resolución de la ONU aún más explícita. La Tercera Comisión de la Asamblea General de la ONU ha aprobado un proyecto de resolución sobre la prevención de la violencia contra las mujeres, que cita la resolución anterior en la que se afirma que “el acceso al aborto seguro” debe formar parte de “los derechos humanos de todas las mujeres.” Un poderoso grupo de presión de la ONU pretende incluir el aborto en el sistema de derechos humanos, ¡desafiando a la mayor parte del mundo! La resolución habla de “prevenir y eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas”. Sin embargo, ya en el título especifica que por “violencia contra las mujeres” deben entenderse, entre otras cosas, “los estereotipos de género y las normas sociales negativas”. Además, los autores afirman que en las escuelas se debe enseñar a los niños, entre otras cosas, “derechos sexuales y reproductivos”, “prevención del VIH” o bloqueadores hormonales, lo que significa la castración química de los niños adolescentes.  La palabra “género” se repite hasta 80 veces en apenas 14 páginas de la resolución.

A finales de noviembre, una representante de Ordo Iuris participó en otra sesión del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra (Suiza). Participó en todos los paneles de debate, donde fue la única persona que recordó al foro que el derecho a la vida es un derecho fundamental de todo ser humano, incluidos los que aún no han nacido.

Como organización con estatus consultivo especial ante la ONU, Ordo Iuris presentó por escrito un documento de posición en la 56ª Sesión de la Comisión de Población y Desarrollo de la ONU, sobre población, educación y desarrollo sostenible. Señalamos la ineficacia de la educación sexual permisiva promovida por las instituciones de la ONU. Allí donde se imparte este tipo de educación, el número de embarazos infantiles aumenta, el número de enfermedades de transmisión sexual se incrementa y el número de delitos sexuales es mayor que en los países donde el currículo escolar incluye una educación familiar centrada en la construcción de relaciones de responsabilidad y amor mutuos.

Casi todas las iniciativas de la ONU a través de las cuales la extrema izquierda introduce de contrabando sus exigencias ideológicas radicales en el derecho internacional encuentran la oposición de un grupo concreto de países que defienden sistemáticamente los valores fundamentales de la civilización europea, el derecho a la vida, el apoyo a las familias, la libertad de expresión o la fidelidad a hechos básicos de la ciencia, como que sólo hay dos sexos.

Los grupos de presión abortistas y sexistas intentan romper esta oposición. Para ello siguen trabajando en el borrador del acuerdo de asociación de la Unión Europea con los países de África, el Caribe y el Pacífico, que supeditará el apoyo financiero de la UE al apoyo internacional al aborto y a las exigencias de la ideología de género, y a votar de acuerdo con la Unión Europea en la ONU.

Estados Unidos y la Unión Europea intentan introducir contenidos ideológicos en las directrices internacionales del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial. En octubre se paralizaron los trabajos del foro, ya que Estados Unidos y la UE insistieron en que el contenido del acuerdo incluyera también cuestiones relacionadas con la transexualidad y el aborto, entre otras. Algunos Estados miembros de la ONU no estuvieron de acuerdo. Los representantes de EE.UU. y la UE bloquearon la adopción del tratado, indicando que sólo aceptarían un acuerdo si contenía términos específicos e ideológicos como: “formas diversas e interrelacionadas de discriminación”, “mujeres en toda su diversidad” y “salud y derechos sexuales y reproductivos”.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, apoyó la postura de Estados Unidos y la UE, afirmando que las cuestiones en disputa ya han sido aceptadas por todos los Estados de la ONU en una resolución de la Asamblea General.

Esto demuestra lo importante que es la oposición a las iniciativas ideológicas. En ausencia de oposición, las resoluciones no vinculantes de la ONU se tomarán como prueba del consenso mundial en asuntos de enorme controversia. 

No cabe duda de que la Organización de las Naciones Unidas, junto a las instituciones de la UE y los tribunales europeos, es la mayor amenaza para la soberanía de los Estados europeos. Los radicales saben bien que la ONU puede ser de gran ayuda en la creación del derecho consuetudinario y la interpretación de los “derechos humanos” para imponer insidiosamente a todo el mundo la aplicación de su errónea visión.

La lucha por la defensa de la dignidad humana, la vida, la familia y la libertad continúa.  Animamos a todos a unirse a ella.

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