El hospital del Rosell inundado, garajes y vehículos destrozados, material inmobiliario para la basura, comercios arrasados…y así podemos seguir
El lunes 22 de mayo, ya por la tarde, nuestro querido Gobierno se reunió para tomar la decisión de cerrar el día siguiente colegios, institutos, universidades, centros de día…eso sí, los profesores de guardería tenían que ir a su lugar de trabajo a hacer…el moñas, pero bueno, eso es otro tema…Volviendo al asunto, López Miras tomó esa brillante decisión, respaldado por su equipo de ‘expertos’ ante las alarmantes previsiones de lluvia para el martes 23 de mayo.
En fin, ese día, que fastidiaron a miles de padres que tenían que trabajar y no podían hacerse cargo de sus hijos, no llovió lo que se esperaba y fue un día PERDIDO.
Pero sí llovió en abundancia, al menos en Cartagena, esa madrugada. Truenos, relámpagos y mucha agua, que hacía falta, y que sirvió para dar un respiro en cuanto a esa sequía y cambio climático que nos quieren vender a bombo y platillo.
Pero volviendo al tema, otra vez, llovió y mucho en Cartagena la madrugada del martes. Tanto que la trimilenaria amaneció con un semblante espantoso.
Sinceramente, es realmente triste que una ciudad como ésta, que ya ha vivido tal panorama en otras ocasiones, siga siendo tan tercermundista cuando el cielo dice de apretar.
Lo más curioso de todo es que nuestros políticos, nuestros responsables…no se han pronunciado. Tampoco lo ha hecho la prensa de la CARM. Sí, unas cuantas fotos de esas que ‘inundaron’ las redes sociales para dar a entender que llovió y mucho. Una foto impactante y bonita y poco más. Algunas quejas de ciudadanos afectados, pero no se señala a nadie ni se buscan responsables de los numerosos destrozos que causó la tormenta.
Todos pasaron por alto la triste realidad, que no es otra que Cartagena es un estercolero cuando llueve. Que en pleno 2023 Cartagena ‘traga’ menos agua que en la época romana.
El hospital del Rosell tenía más agua en 24 horas que cualquier embalse de la zona en un año. Un auténtico coladero que puso en evidencia las penosas infraestructuras del viejo hospital. La UCI, que acababa de abrir, recordaba al Segura en su nacimiento. Por suerte, no había pacientes ya que llevaba abierta, literalmente, un día… y es que Dios aprieta, pero no ahoga.
Y lo raro es que nadie se ahogase porque muchas calles de la ciudad parecían auténticos ríos, con más agua que el Segura a su paso por Murcia, todo sea dicho.
Y dicha estampa se repite año tras año cuando llegan las escasas lluvias…hasta que un día pase una auténtica desgracia.
Hablando de desgracias, muchos cartageneros se han visto afectados por estas lluvias pero muy pocos medios le están dando voz.
Muchos vecinos han visto impotentes como sus sótanos y garajes se han inundado, destrozando material inmobiliario y también numerosos vehículos, por no hablar de los daños sufridos en distintos comercios y calles, sobre todo en el barrio de San Ginés, que se vio muy afectado por el agua caída.
Cartagena se inundó. Cartagena ha sufrido, una vez más, numerosas pérdidas por no estar preparada para tales inundaciones. Muchos cartageneros han perdido miles y miles de euros porque su ciudad no cuenta con las infraestructuras adecuadas para paliar los efectos cuando nuestra Tierra se altera…y nuestros políticos lo pasan por alto. Siguen con su vida, con sus actos, con su campaña electoral…y los medios de comunicación bien cerca para sacar la foto adecuada.
Pero no pasa nada, las elecciones están a la vuelta de la esquina y mañana saldrá una noticia para comprar el voto de unos cuantos borregos que horas antes inundaron las redes sociales con fotos de los destrozos causados por la tormenta, pero que solo quieren esas imágenes para el recuerdo y buscar unos cuantos likes y no para denunciar, importándoles bien poco el caso omiso que nos hacen aquellos que tienen que velar por nuestra seguridad y que cobran muy bien por ello.