La alcaldesa, Noelia Arroyo, prometió hace un año el inicio “inminente” de las obras de restauración con fondos de la Consejería de Cultura
Nota de prensa del Partido Cantonal de Cartagena.
La parte más espectacular del Teatro Romano de Cartagena continúa oculta a los ojos de todos. Ya han pasado seis años desde que el propio grupo parlamentario popular en la Asamblea Regional solicitara al Gobierno autonómico, también del mismo signo político, la excavación del Pórtico del recinto escénico, en el amplio solar situado a la derecha del callejón de la Soledad. Desde entonces, y pese a que la iniciativa partió del propio PP, el aplazamiento de la actuación ha contado con pretextos de todo tipo.
La directora del monumento y exdiputada regional, Elena Ruiz Valderas, destacó la candidatura de la obra a cargo del 1% Cultural del Estado cuando el PP también gobernaba en Madrid. En nada quedó aquella propuesta. Más tarde, en 2017, el entonces consejero de Cultura, Javier Celdrán, prometió que la obra comenzaría en 2021. El propio presidente de la Comunidad Autónoma, Fernando López Miras, adquirió el compromiso de una partida para ese mismo año de 400.000 euros. Y, justo hace un año, la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, también del Partido Popular, subrayaba una asignación presupuestaria regional de 700.000 euros y el inicio “inminente” de la restauración que, una vez más, ha quedado en nada.
La misma Arroyo alude ahora, de forma sorpresiva, a una supuesta asignación del Gobierno de España desconocida hasta el momento y que suena a otra historia de pasar la pelota al partido rival, en vez de la asunción por fin de las obligaciones propias de tantos años de promesas vacías, entre las que destaca incluso la llegada de fondos europeos de Next Generation.
Las prospecciones preliminares ya revelaron la magnificencia de la fachada del Pórtico de columnas con una rica decoración pictórica en sus estancias interiores, camino del escenario y de las gradas. Este gran espacio público de planta cuadrangular en forma de ‘U’ y con doble nave rodeaba un jardín donde actores preparaban las obras y también servía de expansión y recreo para los espectadores.
