El periodista Javier Lapitz, de el programa En Jaque, compara el acto de clausura con una alineación de un equipo de hockey
La bajada del número de muertos por coronavirus ha bajado y por ello el Palacio de Hielo, improvisada morgue durante los días más difíciles de la pandemia, ha cerrado sus puertas. Como homenaje, la ministra de Defensa, Margarita Robles, dio un emotivo discurso que llegó al corazón de muchos españoles, incluso de la oposición.
Más tarde, sonó el himno de España como en recuerdo de los fallecidos y para aplaudir a los efectivos de la UME y Ejército de Tierra en su lucha constante contra la pandemia. todo muy bonito y emotivo, para casi todos.
La televisión pública vasca, concretamente el periodista de En Jaque, Javier Lapitz, no estuvo muy acertado en sus comentarios, comparando el acto de clausura del Palacio de Hielo como “una alineación de hockey. Es un palacio de hielo que ha sido, por desgracia, un almacén de muertos. ¿Hace falta esto para la clausura de una instalación excepcional? ¿El himno, los militares, la ministra de Defensa, la que llevaba la cuenta del perro de Esperanza Aguirre?”.
Tal vez, y desde cuartaedicion.com pensamos igual, el homenaje sobraba. No es momento de ‘postureo’ por respeto a los miles de muertos que han pasado por esa pista de hielo, pero lo que es vergonzoso es que una persona se mofe públicamente a través de un medio de comunicación de un dramático hecho, cuando hay miles y miles de familias afectadas por lo sucedido.
Lógicamente, las críticas no han tardado en oírse. Ciudadanos por ejemplo, ya ha pedido explicaciones a la televisión pública vasca. Ciudadanos Euskadi denuncia la actitud sectaria y de aversión al himno de España mostrada por el director Xabier Lapitz durante su programa. “Menos odio y más respeto”, destacaron.
El colectivo de víctimas de terrorismo ha sido mucho más duro con Lapitz en su comunicado. “Si los muertos fueran vascos y les hubieran bailado un aurresku de honor, ¿diría ud. lo mismo, Sr. Lapitz? Desprende odio hasta con los muertos porque no son sus muertos. Indigno que diga estas cosas desde el altavoz que le proporciona la televisión pública vasca”.