sábado, julio 27, 2024

“Mi padre murió porque el Sistema está poniendo una almohada en la cara a la generación que lo levantó”

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Manuel Serrano luchó contra el coronavirus mientras le quedó aliento en le cuerpo, pero para el Gobierno un hombre de 74 años no vale nada

¿Quieren ver cómo vive una familia que tiene a un padre muriéndose por coronavirus? ¿quieren conocer de primera mano los momentos más angustiosos de unas hijas que ven como su padre se muere día a día y no pueden hacer nada en absoluto porque para el Gobierno es un número más? Aquí no hay aplausos a las ocho de la tarde. Tampoco jueguecitos en las redes sociales. No tiene tiempo de pensar en lo ‘aburrido’ que es el confinamiento… esta es la maldita realidad del coronavirus. Lo que no sale en las noticias. Lo que miles de familia de toda España están viviendo día a día mientras los que nos gobiernan dicen tonterías en sus medios de comunicación bien manipulados a base de golpe de talonario.

Lean atentamente…

“Mi padre tenía 74 años. Un estado envidiable de forma y una personalidad que enamoraba. Sólo tenía una fibrilación auricular e hipertensión, ambas controladas, pero ni por esas podía seguirle el ritmo caminando”, cuenta Ana Serrano, hija del fallecido con la que se puso en contacto cuartaedicion.com.

Manuel Serrano comenzó a tener fiebre a finales de marzo después de haber estado unos días acatarrado. No tuvo mucho fiebre, excepto algún pico aislado y tampoco insuficiencia respiratoria, por lo que su familia decidió aguantar en casa, como se recomendó desde los medios de comunicación. No hay que saturar el maldito Sistema.

Es más, tres días después se le quitó y la familia bajó la guardia. Se relejaron pero Manuel comenzó a encontrarse muy cansado. “Papá, ¿estás cansado de flojo o de que te falta el aire? De flojo hija. Respiro bien, respondió el padre”.

Manuel no quiso alarmar a la familia. Tal vez tenía miedo. Tal vez sabía que, si su estado empeoraba, sanidad no haría nada por salvar su vida. Esas eran las instrucciones de los ‘poderosos’.

Por desgracia, su estado empeoró y el 27 de marzo ingresó en Urgencias del hospital del Tajo (Aranjuez, Madrid). Neumonía multilobar. Lo peor estaba por llegar.

A pesar de ellos, los médicos del hospital comunicaron a los familiares de Manuel que iba a ingresar en planta. Otra de la hijas, enfermera en otro hospital de Madrid, preguntó si realmente estaba para planta, a lo que el médico apuntó que “sí, pero si tuviera que ingresar en UCI no sería posible por criterio de edad.

Así que era verdad. Lo que informaban los medios de comunicación no controlados por el Gobierno decían la verdad; se está dejando morir a las personas mayores. No hay medios suficientes porque el gobierno se tomó a risa la pandemia.

“Mi hermana, que se ha dejado la vida en su trabajo como enfermera por salvar vidas, trata de coordinar un traslado a su hospital para estar mejor informadas de todo, pero desde el Tajo nos dicen que está muy inestable y que el traslado sólo podría ser de UCI a UCI intubado, y que no disponían del material. No sabemos si había camas libres en la UCI del Tajo, pero cuando desde la Urgencia se solicita su ingreso esa noche lo deniegan”, comentó a cuartaedicion.com Ana Serrano García, una de las hijas.

Comienza una batalla por la supervivencia

Mientras los máximos responsables del Gobierno de Pedro Sánchez, ineptos a todas luces, salían todos los días en SUS televisiones para dibujar gráficos y hablar de picos de muertos como el que habla de pipas, Manuel y su familia comenzaron una batalla contra la muerte que jamás olvidarán.

El estado de salud de este pobre hombre empeoró y no tuvo derecho a respirador. “Sólo tuvo una mascarilla con reservorio de oxígeno a 15 lpm, el máximo que se pone“, comentó su hija.

Comenzó así el calvario, pero Manuel, duro como una roca, consiguió estabilizarse. Una vez en planta, familiares, muchos sanitarios, comenzaron a mover hilos para conseguir tocilizumab. “Es, como tantos otros medicamentos que se están utilizando, experimental. Sin embargo sí se ha observado que en algunos pacientes frena la respuesta autoinmune inflamatoria y es eficaz. Lo proporciona Sanidad directamente, por no estar la indicación en Ficha Técnica. Al tener personal sanitario en la familia y ya de que no disponíamos de una UCI, al menos nos planteamos tratar de conseguir el medicamento por nuestra cuenta, aunque era muy difícil ya que escasea. Para lo cual habló mi cuñado médico con el Jefe de Hospital del Tajo el sábado 28 de marzo, cuando aún estaba en la urgencia, y contestó que ese medicamento no se administra en la urgencia, y que se lo solicitarían ellos si o consideraban necesario, pero conforme a sus Protocolos. Ese mismo sábado, mi cuñado contacta con los médicos de nuevo, planteando que él puede intentar conseguir el producto utilizando sus influencias, pues sabe que escasea y es lento conseguirlo, pero la respuesta es clara: “poner un medicamento externo es ilegal; nosotros lo solicitaremos el lunes y se lo pondremos cuando lo tengamos, el lunes por la tarde o más probablemente el martes por la mañana”. Aún recuerdo la frase de mi cuñado cuando me dijo “si es que llega al martes, manda huevos”.

¡Las farmacias sanitarias no abren los fines de semana!

No hay respiradores para la gente mayor y tampoco medicamentos que pueden salvar vidas. Pero eso no es lo peor, lo más lamentable es que las farmacias sanitarias, en plena pandemia, no abren los fines de semana. Incomprensible cuando hay cientos de muertos cada día.

“A nosotros nos ha dado la sensación de que el fin de semana que estuvo mi padre ingresado se hizo poco. Control, oxigenoterapia, tratamiento para sus patologías bases y poco más. Pero, efectivamente, hasta el lunes, día laborable no le aplicaron inmunoglobulinas ni se le pidió el tocilizumab, cuando se sabe que su efecto no es inmediato, si no que tarda días. Algo incomprensible cuando se le está solicitando a los sanitarios turnos titánicos tanto en fiestas como fines de semana. Mi propio cuñado ha vuelto a estar en activo por responsabilidad a pesar de, por edad, es persona de riesgo. Pero en ciertos hospitales la farmacia sirve de lunes a viernes, como los bancos. Eso no crea problemas con los medicamentos de uso cotidiano, ni con medicamentos especiales pero que se prevé su necesidad en fin de semana. Pero sí en el caso de productos como el tocilizumab, un producto muy restringido y escaso. Por ese motivo se controla desde una Sanidad cerrada el fin de semana”, comentó.

Manuel siguió aguantando. Se negaba a ser una víctima de este lamentable Sistema, pero el martes pasado, por culpa de diversas incompetencias, comenzó a desaturar. Por la desorientación de la hipoxia se quitó la mascarilla. Nadie se molestó en ponérsela de nuevo y fue la hija enfermera la que se la colocó para dedicarle las últimas palabras.

Volvió a mejorar, ta vez por el tocilizumab, por lo que la enfermera (la hija) insistió en que le pusiesen las tres dosis que se habían acordado como efectivas. “Lo sentimos. Con los recortes se pone una dosis solo”, señalaron desde el hospital.

Manuel no luchó contra el coronavirus. Luchó contra un sistema nefasto que ha tratado a sus mayores como perros. Lógicamente, no pudo ganar esa batalla.

Falleció al día siguiente. Se fue sólo. No tuvo una muerte digna. “Sí, nos dieron la oportunidad de despedirnos, pero sólo dos personas. Pensábamos que a la incineración podríamos ir las tres, pero no, no dejan ese mínimo consuelo si quiera. Y eso que llamamos en varias ocasiones a la funeraria. Y aún nos sentimos afortunadas porque al vivir en Aranjuez hemos sabido en todo momento donde estaba el cuerpo, pero en Madrid capital hay personas que llevan 14 días tratando de localizar a sus familiares”, señaló Ana Serrano.

Añadiendo que “nos engañan. No hicieron las cosas bien. Nos mienten. No se cortaron las cosas a tiempo. No impidieron contactos personales. No prohibieron manifestaciones. No aprendieron de Italia. No hay UVIS si tienes más de 70 años. Las farmacias de sanidad no sirven los FINES DE SEMANS. Se quita el oxígeno a ciertos pacientes porque hacen falta camas para otros. El sistema está poniendo una almohada en la cara a la generación que lo levantó. Y lo están tapando tras un telón de mentiras”, destacó la hija.

Pero ésto no va a quedar así. Cuando todo pase, ahora no es el momento, se tomarán las oportunas medidas contra los ‘asesinos’ de miles y miles de españoles.

“Sí vamos a reclamar. A quién y los argumentos jurídicos concretos de la reclamación es algo que valorarán los abogados. No lo vemos como responsabilidades individuales, sino como una cuestión de desabastecimiento de recursos sanitarios, de mala gestión de los disponibles, y de menosprecio de las advertencias que se lanzaban desde la OMS o desde el propio Gobierno Italiano. Lo que tenemos claro es que durante muchas semanas nuestras Autoridades infravaloraron la pandemia y con su comportamiento aceleraron exponencialmente la curva de contactos, lo que provocó una falta total de medios y que en la asignación de recursos se discriminó a mi padre por su edad. En contra de la lógica más elemental, las autoridades Sanitarias no elaboraron hasta el día 2 de abril unas orientaciones éticas para esta situación tan especial (Informe del Ministerio de Sanidad sobre los aspectos éticos en situaciones de pandemia: El SARS-CoV-2), descargando toda la responsabilidad sobre el personal sanitario que, además, estaba y sigue trabajando bajo una enorme presión”, terminó de decir.

Ahora que se siga hablando de picos de muertos con total falta de respeto hacia los difuntos. Que se siga manipulando la realidad en la telebasura y medios controlados por este maldito Gobierno. Aquí tienen la cruda realidad, con pelos y señales.

Ésto es lo que está pasando día tras día mientras se sale a los balcones a las ocho de la tarde a aplaudir y a charlar con el vecino y ya de paso hacernos la foto de rigor para subirla a las redes sociales.

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