Nada de manifestaciones. No hay subvenciones de por medio
Todo esto ocurrió el pasado fin de semana, pero no lo verán en las noticias. No le interesa al Gobierno. No va bien para la compra de votos ni hay subvenciones de por medio. La extrema izquierda y las absurdas femipodemitas guardan silencio.
Ésto no merece una manifestación. Total, sólo son hombres, despojos humanos para la nueva ‘progre’ y ‘light’ sociedad.
Hace tres días una mujer fue detenida por prender fuego a su domicilio con su marido y dos hijas, de 11 y 8 años, dentro de la vivienda. Los hechos ocurrieron el pasado 4 de junio y este fin de semana fue detenido.
Todo después de una exhaustiva investigación de las autoridades, que ya contaban con pruebas más que evidentes de que la mujer era la culpable.
Ya había amenazado en más de una ocasión en matar a su familia (se imaginan que fuese al contrario…). En el momento de los hechos, la mujer no se encontraba en el hogar y su familia dormía.
Por suerte, el hombre despertó a tiempo por el fuerte olor a quemado y pudo salvar a sus hijas de lo que hubiese sido un dramático asesinato. La mujer está detenida…¿por cuánto tiempo?
También este fin de semana se conoció una auténtica salvajada cometida por otra mujer, que asesinó cruelmente a su marido discapacitado.
Los hechos ocurrieron en Valencia y la ‘feminista’ intentó engañar del asesinato con pruebas falsas, como intercambio de mensajes de móvil para simular un suicidio.
Pero no, la mujer lo metió en un agujero de su finca. Lo empujó. Le dio numerosos golpes. Viendo que no podía matarlo, y ante la imposibilidad del hombre de defenderse ya que era discapacitado y su movilidad era mínima, le puso una cuerda en el cuello hasta que lo asfixió.
Incluso fue capaz de involucrar a sus hijos para usar de tapadera en el asesinato y fingir así un suicidio. Una mujer sin escrúpulos capaz de usar a sus propios hijos para llevar a cabo un asesinato contra un hombre discapacitado (policía).
Lo tenía todo planeado y llevaba tiempo preparándolo, pero era tan ‘tonta’ que no pensó en un hecho clave; la movilidad del pobre hombre. Al ser tan escasa, limitaba todos sus movimientos (sólo podía desplazarse en silla de ruedas), por lo que su coartada se vino abajo rápidamente. No podía manejarse solo. Alguien más estaba implicado.
La policía siempre sospechó que el hombre no se suicidó y fue víctima de un cruel asesinato. La autopsia lo dejará todo bien claro, pero todo apunta a que lo asfixió, al margen de los numerosos golpes que le propinó.
Y todo por dinero. Dinero que sacan de un lado y de otro bien aconsejadas por el gremio femipodemita, que ahora tendrá que callar ante una nueva matanza de sus ‘fanáticas’.
Lo dicho, todo el mundo en silencio, Gobierno incluido como no. Nada de manifestaciones. Total, qué son para esta gentuza los hombres y los niños. Nada.
