martes, diciembre 3, 2024

Menor se fuga de un centro de acogida para mantener relaciones sexuales a cambio de dinero

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El acusado daba a la niña entre diez y veinte euros por cada relación con penetración

Menudo cachondeo lo de los centros de acogida. ¿Para qué sirven?

Todo comenzó en Soria un 24 de junio de 2017. La niña de 13 años por entonces subió una foto a Instagram que fue comentada por el acusado, ya con antecedentes penales.

Más tarde, comenzaron a mantener contacto por las redes sociales para concretar una cita a finales de octubre de ese año. Durante esa cita pactaron tener relaciones sexuales a cambio de dinero, como se recoge en la sentencia.

Las relaciones se repitieron durante un largo período de tiempo, quedando dos o tres veces por semana y trasladándose a la casa del condenado, que vivía solo, para llevarlas a cabo.

Incluso en más de una ocasión el hombre fue a la puerta del instituto a recoger a la menor, que vivía con sus padres, para llevarla a su domicilio y consumar así las relaciones sexuales.

El acusado daba a la menor entre diez y veinte euros por cada relación con penetración.

Curiosamente, el 15 de diciembre de ese mimos año el Juzgado de Instrucción número 1 de Soria decide la suspensión de la custodia por parte de los padres de la criatura, declarada en situación de desamparo, por lo que su tutela fue a pasar a la Junta de Castilla y León.

¿Acabó así este suceso asqueroso y despreciable? Para nada.

La menor, a pesar de estar en le centro de acogida, supuestamente vigilada, siguió quedando con su ‘cliente’ para mantener relaciones a cambio de dinero. Se fugaba sin problema alguno para llevar a cabo los deleznables actos.

Fue el 5 de febrero de 2018 cuando la propia menor decidió contar al centro los hechos que estaba consumando “manteniendo relaciones por dinero para pagar sus gastos”.

Acusado y menor, diagnosticados de diferentes trastornos

 La menor ha sido diagnosticada de trastorno negativista desafiante, con un grado de madurez compatible o incluso por debajo del esperable para la edad de la menor.

Por su parte, el acusado presenta un trastorno mental y de comportamiento debido al consumo de diferentes y fuertes drogas y al alcohol, lo que afecta a sus capacidades intelectivas habiendo iniciado un tratamiento de deshabituación ambulatoria el 11 de marzo de 2014, con recaídas. El condenado participa desde el 25 de abril de 2018 en el programa de Intervención de Drogodependencias de Cruz Roja.

Pues bien, con todo este historial que presentan ambos individuos, nadie se percató de lo que estaban llevando a cabo a escondidas. Todo salió a la luz gracias a la confesión de la criatura de 13 años. ¿Y si no llega a decir nada?

Realmente hay gente trabajando que uno se pregunta literalmente qué hace en su puesto y por qué se merece recibir un sueldo cuando no sirve para nada.

Conclusión. La Audiencia Provincial de Soria ha condenado ahora al hombre a cinco años de prisión por un delito continuado de abuso sexual con penetración sobre una menor de trece años y otra pena de año y tres meses por corrupción de menores.

Cuando cumpla la condena, estará otros diez años en libertad vigilada y no podrá llevar a cabo actividades remuneradas con menores de edad durante otra década.

Tendrá que participar en absurdos programas de reeducación sexual y deberá indemnizar a la víctima con 2.000 euros por los supuestos daños morales.

Siguiente caso…

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