jueves, noviembre 21, 2024

El curriculum ‘fake’ de Ana Patricia Botín

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Claras evidencias de que no es oro todo lo que reluce

En España adornar el curriculum con carreras, títulos o estudios de postgrado que no se han realizado es habitual y no trae consecuencias, mientras que en otros países estos falseamientos han provocado dimisiones y ceses de políticos y ministros.

Todos sabemos de algún jefe que se cuelga las medallas de los éxitos de sus empleados o de algún compañero que se apropia del trabajo y las ideas de otro. Tenemos ejemplos recientes de los que han adornado su currículo con estudios y cursos que no han realizado. Aún está reciente el juicio de Cristina Cifuentes y recordamos las falsas carreras de políticos como José Montilla, que decía ser licenciado en Derecho y Económicas cuando sólo tenía estudios primarios; Patxi López que presumía de una falsa licenciatura en Ingeniería industrial; Pepiño Blanco y sus supuestos estudios en Derecho de los que no pasó de primer curso; Elena Valenciano, que alardeaba de falsas licenciaturas en Derecho y Ciencias Políticas o Luis Roldán, supuesto licenciado en Económicas e ingeniero industrial. La lista, de todos los partidos políticos, sería interminable, y en ella encontraríamos a Pedro Sánchez y su tesis plagiada o a Pablo Casado y un supuesto título de postgrado por Harvard que no era tal.

Precisamente, sobre Harvard versa este artículo y sobre otras curiosidades respecto al aparentemente “adornado” curriculum de Ana Patricia Botín y las calculadas verdades a medias e interesados silencios a supuestos méritos publicados por medios afines con su aparente beneplácito e intención de ensalzar con una pátina de falsa excelencia académica a la presidenta del Banco Santander.

Antes de entrar en materia, recordaremos un suceso que relataba el reputado jurista Rafael Pérez Escolar en las páginas 117 a 119 de sus Memorias publicadas por Foca Ediciones. Allí, el afamado abogado contaba un encuentro profesional entre él y Emilio Botín (padre de Emilio Botín y abuelo de Ana Patricia) que era por entonces cliente de su despacho jurídico. La reunión se produjo en El Promontorio, la residencia de Emilio Botín en Santander, a lo largo de la cual se hizo necesaria la presencia de “Emilito”, como le llamaba su padre, para tratar de un encargo profesional encomendado a Pérez Escolar. Una vez que Emilito llegó, tarde, a presencia de su padre y de Pérez Escolar, debía responder unas preguntas de éste, cuestiones que desconocía, pero en vez de reconocerlo prefirió improvisar con nefasto resultado que enervó a su padre. Ante la improvisación de Emilito, su padre le cortó de raíz diciéndole que lo que estaba diciendo era una idiotez y que era intolerable que ignorase lo que le estaban preguntando; para culminar diciéndole “Eres un asno, óyeme bien eres un asno”. Rafael Pérez Escolar continua el relato mencionando posteriores reuniones con Emilio Botín en las que éste le mostraba su preocupación “por la falta de luces de Emilito, lo que suple con una fuerza de voluntad descomunal y una asombrosa capacidad de trabajo”. Pero dejemos aparcada la anécdota y pasemos a lo que es propiamente el objeto de este artículo.

Diversos medios han publicado que la presidenta del Santander tendría un Máster en administración de empresas (MBA) por la prestigiosa universidad americana de Harvard. Entre esos medios se encuentra la revista Telva de la que Covadonga O´Shea Artiñano, tía de Ana Patricia Botín, fue fundadora y directora durante 27 de los 34 años en los que estuvo en la revista.

Dicha revista publicó el artículo Ana Patricia Botín, sucesora de Emilio Botín (https://www.telva.com/2014/09/10/estilo_de_vida/1410340531.html), en septiembre de 2014 cuando se hizo con la presidencia del Santander tras el presunto asesinato de su padre. En él se manifestaba que Ana Patricia “posee un Máster en Economía por la Universidad de Harvard” y se citaba el discurso que pronunció en la Universidad de Georgetown con ocasión de la graduación de su hijo, en el que Ana Patricia habría alardeado de haber finalizado su “carrera en tres años, dos en Bryn Mawr (Pennsylvania) y uno en Harvard”. La publicación también destacaba que “no tuvo tiempo para asistir a su propia graduación”.

La propia Universidad Bryn Mawr a la que asistió Ana P., en una reseña de marzo de 2015, manifiesta que “asistió a Harvard Business School después de graduarse en Brynn Mawr”. La reseña se limita a manifestar que “asistió” sin que, en ningún momento, afirme, ni mucho menos, que tenga ningún título por la Universidad de Harvard.

De hecho, en la web del Santander aparece colgado el curriculum de Ana Patricia Botín (https://www.santander.com/es/accionistas-e-inversores/gobierno-corporativo/consejo-de-administracion/d—ana-botin-sanz-de-sautuola-y-o-shea), en el que no se hace ni la más mínima mención a ningún MBA u otra titulación por Harvard, claro indicativo de que no tiene esa maestría y que lo que Ana Patricia habría contado en su discurso en Georgetown no sería cierto, al igual que lo publicado por la revista Telva y otros medios que podría haberse divulgado para ensalzar artificialmente una supuesta excelencia curricular de Ana Patricia Botín que no sería tal.

El mismo perfil de la web del banco, dice que la presidenta del Santander es licenciada en Ciencias Económicas por Bryn Mawr College; pero comprobemos lo que la propia Universidad de Bryn Mawr dice al respecto.

En la web de la universidad femenina a la que acudió Ana Patricia Botín, podemos verificar que, en el apartado dedicado a los perfiles de las alumnas de la universidad graduadas en Económicas (https://www.brynmawr.edu/economics/alumnae-profiles), no aparece ni rastro del de Ana Patricia Botín. No es descabellado deducir que, si realmente Ana Patricia Botín se hubiese graduado en Económicas en Bryn Mawr College, la web de la universidad colocaría orgullosa su perfil en un lugar destacado entre las alumnas graduadas en la especialidad, máxime teniendo en cuenta que la presidenta del Santander aparece asiduamente en las listas de Forbes y Fortune como una de las mujeres más poderosas del mundo. Por tanto, se podría concluir que si el perfil de la presidenta del Santander no aparece entre los de las más destacadas alumnas graduadas en Económicas de Bryn Mawr, se debe a que no se graduó en Económicas y que lo que refleja su curriculum en la web del Santander no sea correcto.

Así pues, si revisamos la lista de la revista Forbes (https://www.forbes.com/profile/ana-patricia-botin/) sobre las mujeres más poderosas del mundo en la que ha aparecido Ana Patricia Botín, podemos comprobar que en los datos de su perfil facilitados por el magazine americano, la titulación de la presidenta del Santander que figura es la de licenciada en Artes/Ciencias (“Bachelor of Arts/Science, Bryn Mawr College”).

La universidad en la que estudió Ana Patricia Botín no la menciona entre las más destacadas

El que la propia universidad en la que estudió Ana Patricia Botín ni siquiera la incluya ni mencione en los perfiles más destacados de sus alumnas graduadas en Económicas y que la revista Forbes haga constar que su titulación es una licenciatura en Artes/Ciencias (Humanidades), nos conduce a suponer que la presidenta del Santander no es licenciada en Económicas, lo que resultaría primordial para determinar su inidoneidad para dirigir el segundo banco español por su carencia de estudios apropiados y, en su caso, por haber mentido durante años sobre sus méritos académicos para ostentar la presidencia ejecutiva del banco, más allá de ser la hija del presidente.

Por otro lado, en su perfil de la web del banco se le atribuye, inmerecidamente, haber protagonizado “la expansión de Santander en Latinoamérica” y “la transformación de tres antiguas sociedades de crédito hipotecario en uno de los bancos más innovadores del Reino Unido”. Esas afirmaciones no serían ciertas, y evidenciarían el “autobombo” y la injusta atribución de méritos de terceros.

Francisco Luzón, artífice de la expansión del Santander en latinoamérica

El verdadero artífice de la expansión latinoamericana del Santander no fue Ana Patricia Botín sino Francisco Luzón que, siendo nº 3 del banco y máximo responsable de banca en Latinoamérica, hizo del Santander, entre 1999 y 2012, la primera franquicia bancaria en Iberoamérica, creando la división americana y promoviendo la adquisición de diferentes entidades en diez países. Desde dentro del propio Santander, mantienen que Luzón, recientemente fallecido, fue sumamente crítico con la gestión de Ana Patricia, lo que llevó a ésta a manifestar “Todavía no me explico por qué mi padre ha fichado a este tío” refiriéndose a Luzón al que no profesaba simpatía.

En cuanto al Reino Unido, fue Antonio Horta-Osório (próximo presidente de Credit Suisse) el banquero que lideró la fusión y transformación del Abbey National Bank, Alliance & Leicester y Bradford & Bingley (entidades adquirida por el Santander en 2004 la primera y en 2008 las otras dos) en Santander UK, asentándolo entre las primeras entidades de las islas británicas. Horta-Osório era el consejero delegado de Santander UK que hizo todo el trabajo, antes de que en 2011 con la fusión superada, Ana Patricia Botín se incorporase a la entidad, pasados seis y dos años desde que el Santander compró dichas entidades.

Alguno se preguntará si el nombramiento de Ana Patricia Botín en el consejo de administración del banco, en 1989 con tan sólo 29 años y, aparentemente, sin los tan cacareados estudios de Económicas, fue una muestra más del nepotismo que ha impuesto el clan Botín durante 70 años en el Banco Santander.

Estas más que razonables dudas sobre la titulación y méritos de Ana Patricia Botín, deberían ser necesariamente aclaradas, para que los mercados, los grandes accionistas y los ninguneados accionistas minoritarios tengan conocimiento de sus verdaderos merecimientos para ser presidenta ejecutiva del Banco Santander, además del hecho de apellidarse Botín; máxime cuando se ha dejado escapar a preparados y experimentados banqueros (https://www.cuartaedicion.com/2021/02/el-coste-descomunal-del-clan-botin/) con un excelso curriculum como Ángel Corcóstegui Guraya, Antonio Horta-Osorio y, más recientemente, Andrea Orcel para que un Botín pueda mantenerse en la presidencia del banco y aprovecharse de ello para continuar haciendo sus “negocietes” paralelos.

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