jueves, noviembre 21, 2024

Los vertidos del Mar Menor llegan a la orilla: Cerdá y Quesada, camino del banquillo de los acusados

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También hay en el punto de mira encargados o propietarios de 38 firmas agrícolas por causar daños de más de 20 millones de euros

El caso ‘Topillo’ comienza a aclarar las aguas. No hubo control alguno sobre los vertidos al Mar Menor y de ello se aprovecharon muchas empresas agrícolas para destrozar uno de nuestros paraísos más queridos. Ahora tienen que pagar los máximos responsables; Antonio Cerdá, exconsejero de Agricultura, Agua y Medio Ambiente de la Comunidad entre 1999 y 2015, la socialista Rosario Quesada, expresidenta de la Confederación Hidrográfica del Segura entre 2010 y 2012 y el también socialista Manuel Aldeguer, ex comisario de Aguas de ese organismo, los primeros que tal vez tengan que rendir cuentas ante la justicia. Pero no serán los únicos.

También tendrán que rendir cuentas 38 empresas agrícolas del Campo de Cartagena por causar vertidos con nitratos, causando daños por un valor de más de 20 millones de euros.

El juez tiene muy claro quiénes pueden ser los máximos responsables de este desastre tras acabar las investigaciones de la primera parte del caso ‘Topillo’. Estos tres ex altos cargos omitieron, supuestamente, cualquier tarea de defensa del Mar Menor. Pasaron por alto vertidos que podían estar llegando día sí día también entre los años 2010 y 2014 (años en los que se ha centrado la primera parte del caso ‘Topillo’).

Antonio Cerdá podría haber omitido por completo su deber de ‘controlar’, por decirlo de alguna manera, los vertidos que se estaban llevando a cabo en una zona vulnerable a los nitratos.

Esta omisión pudo ser deliberada, importándole muy poco el daño que estos nitratos podrían estar haciendo al Mar Menor. Por todo ello, no llevó a cabo las medidas de control necesarias. Ésto a su vez hacía que las empresas siguiesen dañando el ecosistema del Mar Menor con los vertidos, numerosos, que realizaban.

Por el contrario, Cerdá se defiende apuntando que la degradación del Mar Menor eran debida a las aguas torrenciales, cremas solares y desperdicios de turistas, negando al mismo tiempo conocer los vertidos que llevaban a cabo las empresas agrícolas. LAMENTABLE.

Curiosas también las declaraciones de Quesada, que culpa a su equipo de no realizar sus tareas de control, pero testigos afirman que era ella misma la que paraba las inspecciones en el campo. VERGONZOSO.

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