jueves, abril 18, 2024

Condenan a cinco años de cárcel a una mujer por denunciar hasta nueve veces abusos sexuales falsos de su ex a su hija

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Una mente retorcida y enfermiza”, sentencia el juez del caso

Justicia. Pocas veces podemos decirlo alto y claro y ésta es una de ellas. JUSTICIA.

Una mujer ha sido condenada a cinco años de cárcel por denunciar hasta en nueve ocasiones abusos sexuales falsos de su ex a su hija en común.

Denuncias falsas que afectaron gravemente a la niña menor, ya que “quedó afectada la estabilidad psicológica por ser sometida a continuas exploraciones injustificadas”, apuntó el juez.

Por todo ello, esta mujer, al margen de la condena de cinco años de cárcel, también ha sido condenada a diez de inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press y contra la que cabe recurso, el magistrado Manuel Piñar considera a esta madre granadina autora de un delito continuado de denuncia y acusación falsa, de desobediencia grave a la autoridad judicial, de abandono de los deberes de la patria potestad y de dos delitos continuados contra la integridad moral por los que también deberá a indemnizar en 40.000 euros a la menor y en la misma cantidad al padre, al que no podrá acercarse a menos de 500 metros durante cinco años.

Esta mujer ha hundido la vida de su hija y la de su ex por culpa del odio al hombre que nos quieren inculcar desde las altas esferas.

Aquí hay un principal culpable y no es otro que nuestro Gobierno, por colocar a gente inepta pero bien subvencionada y llena de odio y complejos capaz de manipular mentes débiles con el único objetivo de hundir la vida de un hombre.

Hasta nueve denuncias falsas a lo largo de dos años, con exploraciones continuas a su niña, a sabiendas de que todo era mentira, para hundir la vida de una persona.

El magistrado del Juzgado de lo Penal 1 de Granada -que en su momento condenó a Juana Rivas por sustracción de menores- considera probado que la menor convivió con sus progenitores sin problema alguno hasta que se separaron en 2017 y que fue a partir de que el padre solicitara en 2018 la custodia compartida cuando comenzaron los problemas.

Teniendo la niña sólo seis años, la madre aprovechó que la menor padecía vulvovaginitis para denunciar al padre, modificando los hechos, y señalando que la tocaba con claro apetito sexual. LAMENTABLE.

Por suerte, los hechos que quiso ocultar salieron a la luz y se pudo comprobar que todo era un montaje de la madre para arruinar la vida de un hombre que sólo quería estar con su hija.

“Solamente desde una perspectiva de mente retorcida y enfermiza, se puede transformar ese hecho inocuo en unos abusos sexuales”, terminó de decir el juez.

Apúntate un tanto Irene Montero.

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