El párroco de la iglesia profanada de la Aljorra, José Ramón Gómez, afirmó que los ladrones entraron en su habitación mientras dormía y “que no se lo que hubiese hecho si me llego a despertar en ese momento”
Impotencia, rabia, miedo, dolor…e indignación. Así se puede resumir el sentimiento, tanto del párroco de la iglesia de la Purísima Concepción de la Aljorra, como del pueblo en general.
El pasado 28 de abril este medio informó en exclusiva del destrozo, robo y profanación que se produjo en la iglesia de la Aljorra. Bueno, en ésta y en dos más de la CARM. Una noticia grave y que, sorprendentemente, ha tenido escasa repercusión en otros medios de comunicación. ¿Por qué?
“Supongo que si esto sucede en una mezquita, los medios lo hubiesen anunciado a bombo y platillo. Pero como ha sido en una iglesia….en fin, es algo ya habitual. Y tampoco es para sorprenderse. Cuando comenzó la Cuaresma nadie se hizo eco de ello. Cuando es el Ramadán…todo el mundo se entera al instante”, apuntó José Ramón Gómez, párroco que lleva cinco años en la Aljorra y es el primer robo que ha vivido.
El primer robo que vive este párroco, pero no el primero en la Región de Murcia en lo que a iglesias se refiere. Es algo ya habitual y preocupante. “Las autoridades han comentado que es algo muy común. Planean el robo de tres iglesias. Lo tienen todo organizado. Luego descansan unas semanas y van a por otras tantas”, afirmó.
Esta vez les ha tocado a las iglesias de la Aljorra, Valladolises y Martínez del Puerto. Respecto a los responsables, hay pistas, pero todavía no se puede confirmar nada.
“La Policía está ya investigando. Estuvieron todo el día tomando huellas. La Guardia Civil se esmeró mucho. Y sí, tienen pistas, pero nada confirmado”.
Es un grupo de magrebíes. Jóvenes delincuentes que ya han perpetrado varios robos en la zona. Ya se lo confirmamos desde aquí. Así que pasamos al siguiente punto.
Cómo fue el robo
“Cerca de las tres de la mañana forzaron la entrada principal a la iglesia. Sabían perfectamente el recorrido que tenían que hacer. De ahí siguieron por la capilla central y dos habitaciones contiguas. La última fue mi habitación (de la casa de al lado de la parroquia). Llegaron a entrar a mi cuarto”, afirmó José Ramón.
“No me enteré de nada gracias a Dios. No se lo que hubiese hecho si me despierto en ese momento. Dicen que lo mejor es no hacer nada…”.
José Ramón suele despertarse fácilmente. Por suerte, esa noche no se enteró de nada. “Me acosté tarde. Estoy trabajando y estudiando y me desperté sobre las cinco de la mañana. Fue la Policía quien me despertó para informarme de lo sucedido”, señaló.
Sistema de seguridad
La iglesia cuenta con un sistema de seguridad (alarmas). Desgraciadamente y casualmente, ese sistema no funciona en estos momentos, ya que se están llevando a cabo obras de reconstrucción en las instalaciones. En cuanto a las imágenes de las cámaras, que las hay supuestamente, una incógnita.
“Lo primero que hice fue mirar las cámaras. Pero no aparece nada. Y funcionar funcionan. Ya hemos llamado a los técnicos responsables. Pero todavía no han podido venir”, comentó.
Mercancía robada y destrozos
El total del dinero robado asciende a una cantidad de mil euros. Más un corazón de plata de la Virgen, unos pendientes, anillos (todo donaciones a la Virgen), el portátil del entrevistado y…un chándal negro.
“Se llevaron de los lampararios unos 400 euros calculamos. Además, otros 600 euros que teníamos en una de las habitaciones. Sabían dónde tenían que ir. También robaron el corazón de plata, unos pendientes (dañaron la imagen de la Virgen) y anillos de oro. El valor en metálico no lo sabemos realmente. Pero tenía mucho valor simbólico. Los niños recién nacidos los ponemos, poníamos…junto a ese corazón”, señaló el párroco. “Luego está el alcance de los destrozos. Fueron un total de siete puertas y los lampararios. También dañaron la imagen de la Virgen al robarle los pendientes. El seguro dirá. Ya están viéndolo”, añadió.
También intentaron robar el Sagrario. Por suerte, cogieron la llave equivocada y desistieron en su intento. “Abrieron un cajón y probaron con una llave que no era. Lo sabemos porque apareció junto al Sagrario. En fin, ya sabemos para la próxima cómo dejar señuelos”.
No fue una gracia del párroco. José Ramón, al igual que muchos vecinos de la Aljorra, está muy triste. Impotente al ver cómo se las gastan estos individuos para robar y destrozar a sus anchas.
“Estamos muy dolidos. El pueblo está muy afectado. Ha sido la iglesia, peor hace poco robaron también en comercios de la zona”, terminó de decir.
Un robo más. Un destrozo más en una iglesia de España. Y caerá en el olvido. De ello que no les quepa duda.