Un artículo de opinión de Carlos León Roch
¡A fulanito le ha dado un ”paparajote” durante la procesión…!
O sus sinónimos en el habla popular regional…”ambustia, trastorno, vahído.”
Seguramente estas alteraciones de la salud, generalmente por indisposiciones transitorias, no tienen nada que ver con el emblemático y delicioso postre del mismo nombre, con origen en la huerta de Murcia, en aquellos lejanos tiempos en que los limoneros – pieza fundamental en su elaboración- ocupaban casi todo el valle…
De original configuración, ese postre, que utiliza como ”plato” la ancha hoja de un limonero, finaliza y endulza muchas comidas regionales, acompañado de la también típica copita de moscatel…¡Todavía sonrío al recordar algún forastero empeñado en comer-también-la hoja del limonero… con lo indigesto que es!.
Y, como todas las cosas que nos gustan, ante las avalanchas de turistas que llenan nuestras calles cartageneras, para propiciar el turismo y las explotaciones de cítricos, puede ser una buena idea promover el paparajote como ”delicioso postre cartagenero que popularizó Amílcar Barca hace casi 3000 años”.
De este modo se puede ampliar la oferta hostelera, uniéndose a la intensa promoción regional de la llamada “marinera murciana”.
Y con idéntica legitimidad…