sábado, julio 27, 2024

“No pueden prometer pero prometen”

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Un artículo de Pepe Aguado

Hay muchos españoles seguros de que el mayor peligro para España se llama Pedro Sánchez. Indiscutiblemente es un gran peligro; pero hay otro mayor: los votantes que lo mantienen en el poder y, haga lo que haga, seguirán dándole su voto. Eliminando el segundo, desaparece el primero.

Como son tan delicados y especialistas en dar a las palabras un significado que no tienen, he de aclarar que, al decir “eliminando”, no me refiero ni mucho menos a la eliminación por muerte física: lo único que pretendo eliminar es su obnubilación mental, para que puedan darse cuenta de la calaña del personaje y dejen de apoyarlo.

Para votar al Sanchismo hay que tener una de estas dos condiciones: ser tan solemnemente tonto que no se dan cuenta de sus mentiras y despilfarros o tener una perversidad tal que votan conscientemente por conveniencia, bien sea por un fanatismo ideológico o para no perder alguna mamandurria adquirida.

La torpe y perversa conducta de nuestro Presidente, tan evidente que no necesita demostración, se basa en los soportes siguientes:

1.- Mentir con todo descaro.

No podríamos dormir, con Podemos en el Gobierno.

Con Bildu no pactaremos.

Los separatistas son delincuentes.

2.- Prometer lo que no puede o no piensa cumplir.

3.- Derrochar queroseno en viajes no oficiales con su Falconetti Airlines.

4.- Someterse de forma vergonzosa al rey de Marruecos, por alguna razón que no sabemos; pero sospechamos (dinero o algún secreto).

5.- Dilapidar dinero en una corte de 22 ministros.

6.- Tener una cumbre de treinta segundos con un Biden que ni lo miraba.

7.- Derrochar en favor de residentes ilegales un dinero que necesitan muchos españoles.

8.- Estar siempre de rodillas ante separatas, bilduetarras y peneuveros.

9.- Crear enemistad con Argelia, por acoger a un terrorista.

10.- Cuando la oposición le pide explicaciones, en vez de responder, se va por los cerros de Úbeda y contesta siempre con los mismos mantras: fachas, franquistas, homófobos, xenófobos, misóginos, mientras alaba las grandes virtudes de su gobierno progresista, con las que pretende llevarnos a los años treinta.

11.- Indultar a delincuentes.

12.- Dar rienda suelta a los disparates y barbaridades que tienen unas fanáticas sobre la sexualidad.

En fin, querido lector. Te he dado una docena de razones, de las que bastaría con una sola para conocer la indignad del personaje, como, por ejemplo, la marginación del español.

Muchos problemas de España se solucionarían con un 155 bien aplicado; pero eso iría contra los pingües intereses del Gobierno.

¿Puedes seguir creyendo en las bondades de este gobierno feminista, que se autocalifica engañosamente “progresista”? ¿Crees que, si gana, va a pagar las subvenciones que promete para cosechar votos? Piénsalo bien, sin obedecer a ideologías que anulan tu voluntad.

Del PP, al que muchos dan ya por campeón en las urnas, se puede esperar todo: hasta que el gallego pacte con Sanchinflas, para mayor gloria del desastroso Bipartidismo, que tanto beneficia a ambos partidos.

En cuanto a VOX, celebro que en Orihuela los de Asun y Cía. S.A. pierdan el chiringuito que con tanto ahínco defendían. Entra un equipo nuevo, del que, después de tantos escarmientos, no puedo opinar por sus palabras, sino cuando vea los hechos. De todas formas, en cuanto a la cumbre del partido, me gustaría poder decir en su cara a Ortega Smith que es un farsante embustero, de quien no podemos fiarnos ni un pelo.

No te pido que votes al mejor, porque yo, de momento, no encuentro ninguno bueno. En todo caso, que votes al que consideres más decidido a acabar con esta ruina liberticida, antes de que ella nos cubanice.

¡Piénsalo bien! La situación es más grave de lo que parece.

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