Artículo de opinión de Carlos León Roch
Peor, mucho peor que hace 162 años, cuando la reina Isabel II inauguró la línea de Madrid a Cartagena, dentro de la compañía MZA (Madrid-Zaragoza-Alicante); antes de la fundación de RENFE…
En aquellos lejanísimos años, un cartagenero (o un madrileño) accedía a su asiento del tren en la preciosa estación ”término” de Cartagena o, viceversa, en la no menos preciosa estación de Atocha, y se bajaba de su tren al llegar al destino…con el traje un poco manchado por los hollines de la imponente y rugiente locomotora de vapor…
Pocos cambios sustanciales desde entonces…otras locomotoras, otros vagones…,la misma vía única; la ausencia de electrificación…
La que fue una bella -casi primeriza- preciosa estación; la que fue una inicial línea directa Madrid-Cartagena, fue decayendo lenta e irremediablemente, aunque no decayeron las promesas de los políticos en su actualización, como la que aseguraba la llegada del AVE ¡¡ en 2011 !!. ..Todo incumplido, todo pendiente de un lujoso e innecesario soterramiento de una estación intermedia.
Pero- ya se sabe- lo malo siempre puede empeorar…El tataranieto de aquel cómodo viajero de 1860, ahora tiene que montarse en un autobús, viajar en él dos horas hasta Archena; montar en un tren…, bajar de ese tren en Albacete, y subirse (¡al fin!) allí a un AVE que le deje, finalmente, en Madrid.
Un casi increíble- por verdadero-cuento de terror.