Enfermeros del centro de salud Cartagena-Este se negaron a destinar las vacunas a los parlamentarios pero acabaron cediendo
Un hecho que demuestra el mundo en el que vivimos: los que tienen que defendernos son los primeros que, si es necesario, nos pisan y machacan.
El periódico ‘El Español’ publicó hace escasa horas una noticia relacionada con Cartagena que, de ser verdad, es para repudiar, una vez más, del sistema que nos gobierna.
Los hechos ocurrieron el pasado martes en el centro de salud de Cartagena-Este. Al parecer, un grupo de enfermeros de dicho centro sanitario estaba muy exasperado en un grupo de las redes sociales. El motivo, se habían quedado sin dosis de vacunación de la gripe y para el día siguiente tenían previsto, con cita establecida, suministrar la dosis a 170 personas de riesgo.
Eso caldeó los ánimos, pero lo que remató a los sanitarios fue que tenían 80 vacunas en la nevera, pero no se podían tocar porque tenían nombres y apellidos; diputados y trabajadores de la Asamblea Regional.
El miércoles 21 de octubre un equipo de enfermeros tenía que desplazarse a la Asamblea para suministrar la dosis a los ‘vividores’ de turno.
Lógicamente, los ánimos se caldearon. No veían lógico desplazarse para vacunar a los políticos y dejar en la estacada a muchas personas consideradas de alto riesgo.
A continuación dejamos a los lectores parte de la conversación de los sanitarios:
“Muy buenas tardes. Quiero hacer una reflexión, vamos a ver, nos hemos quedado sin vacunas, pero sí disponemos de 80 vacunas para vacunar mañana, valga la redundancia, a los señores de la Asamblea: me parece un agravio comparativo. Me parece penoso que mañana la gente venga a vacunarse y se encuentre que se tenga que volver (a casa) porque no habrá dado tiempo suficiente a llamar a todo el mundo y que estos señores (los diputados) que gracias a Dios pueden ir a su centro de salud a vacunarse, nosotros tengamos que ir allí (al Parlamento) con estas 80 vacunas de las que podríamos disponer para vacunar a la gente citada en la agenda”, señaló un enfermero.
Dicho mensaje llevó a que más compañeros opinasen. “Estoy totalmente de acuerdo contigo, es una vergüenza”; “A lo mejor ser político de la Asamblea Regional es ser grupo de muchísimo riesgo”, “Yo también estoy de acuerdo, no es ético”.
La gran mayoría estaba conforme en plantarse y no vacunar a los ‘queridos’ políticos, alterando así la agenda y suministrar esas 80 vacunas entre la gente de riesgo.
Por desgracia, la democracia no existe en España y la justicia menos todavía.
Los políticos, bien cómodos en la Asamblea, fueron vacunados y los pacientes de riesgo, plantados. Las gracias, al Servicio Murciano de Salud…
Lógicamente, cuando los 170 pacientes de alto riesgo acudieron a ponerse la vacuna, se fueron a casa sin pinchazo y con mucha impotencia de ver, una vez más, lo que significa la gente de a pie para este Gobierno (éste y el que sea).
Muchos de ellos, cabreados, advirtieron de que pondrían una reclamación. Por desgracia, ya le podemos asegurar que dicha reclamación acabará en nada. Porque así funciona el sistema.
Críticas de los sindicatos
Algunos tachan de sorprendente la decisión, ya que es una falta de respeto hacia las personas. Otros ven la decisión como rara, ya que lo primero es atender a la ciudadanía y después a los ‘saca barrigas’.
SATSE, por su parte, afirma que no hay un protocolo a seguir cuando escasean las vacunas y deja bien claro que la decisión final es del Servicio Murciano de Salud.
En definitiva, nos engañan con esto de la pandemia, nos hunden en la miseria, nos imponen unas normas absurdas porque no saben nada del dichoso coronavirus, normas por cierto que ellos no cumplen, y para postre tienen preferencias con las vacunas de la gripe (que pocos caso de gripe hasta el momento ¿no?…que raro…), ya que van hasta la Asamblea a ponerles su dosis en vez de desplazarse ellos, que menos, a su centro de salud correspondiente.
Es de esperar que cuando se empiece a ‘probar’ la vacuna del coronavirus, sean también ellos los primeros en dar la cara…