viernes, noviembre 22, 2024

¿Y si hubiese sido un hombre?: Libran de delito de maltrato a una madre que frotó los genitales de sus hijas con un estropajo

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Eludirá la cárcel por “alteración psíquica”

¿Se imaginan que un padre de familia daña los genitales de sus hijas con un estropajo de aluminio? Montero y su séquito de feministas de la Des-Igualdad estarían en a calle hace ya un rato escupiendo por los cuatro costados tonterías sobre la violencia de género, el machismo, ni una menos, sola quiero llegar a casa…y un largo y absurdo etcétera.

Pero ha sido una MUJER la culpable esta vez. Bueno, ésta y otras muchas que la mayoría de los medios ocultan. Ha sido una madre de Granada la que maltrató a sus hijas menores durante muchos años. Una madre que se ha librado de la cárcel por una supuesta “alteración psíquica”. Eso sí, deberá pagar 13.500 euros a cada una de las niñas y atender a las obligaciones que se derivan de la condición de libertad vigilada que el citado tribunal decreta para ella, entre las que se encuentran el sometimiento a tratamiento médico psiquiátrico y la prohibición, por cuatro años, de aproximarse a menos de 200 metros a sus hijos, su domicilio, centro educativo o cualquier lugar que frecuenten, así como de comunicarse directamente con ellos por cualquier medio, como bien recoge El diario de Jaén.

Los lamentables hechos que a continuación vamos a contar se remontan ya a hace cuatro años. Cuatro años de un calvario continuo. Cuatro años de maltrato en el ámbito familiar, lesiones y daño psíquico, aunque las feministas dirán la culpa del sistema y que la madre es otra víctima más. TONTERÍAS.

Obsesionada con que sus hijas o ella misma podían ser violadas, y en la creencia de que una de sus niñas lo había sido, le bajó la ropa interior diciendo que le olían los genitales para luego frotarle con un estropajo sus partes. Con un estropajo de aluminio, causándole daños que la menor no podía soportar. No contenta con ello, llegó incluso a introducirle dos dedos, provocándole un sangrado.

Esta mujer sufría episodios violentos y delirios continuos. Fueron muchas las ocasiones en las que dejó largas temporadas a sus hijos sin ir al colegio. Infundió temor al mismo tiempo a las pobres criaturas, diciéndoles que el vecino de en frente las iba a violar. Es más, llegó a decir que una noche las drogó y entró a su vivienda, violando a las tres. Y echó la culpa al padre de las niñas por no cerrar la puerta con llave.

¿Cómo es posible que esta mujer siguiese al cuidado de esos niños? Es la pregunta del millón. Una muestra más de la incompetencia de aquellos que dicen velar por la seguridad del menor.

Para más inri, esa ‘locura’ de la madre le ha servido ahora para librarse de la cárcel. Un sin sentido que sería muy distinto si tale aberraciones las hubiese ejecutado un hombre. Pero esto es España, el país donde la justicia se basa en las normas de un circo surrealista.

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