Informes sobre ‘fake news’ que llegarían a manos de Grande-Marlaska. El ‘lapsus’ del general jefe del Estado Mayor tendría que ver con esta polémica orden del 15 de abril
Se van atando cabos. Ya no hay tanto lapsus y mal entendidos. Se pilla antes a un mentiroso, o al que dice bulos, que a un cojo.
El general José Manuel Santiago se ha convertido en el personaje del momento tras las declaraciones en las que dejó bien claro que se trabaja “para minimizar el clima contrario a la gestión del gobierno”.
Las palabras del jefe del Estado Mayor no cayeron en saco roto y pronto el Gobierno fue acusado de cometer un delito grave contra la libertad de expresión, que es un derecho fundamental.
Por su parte, el ministro de Interior, Marlaska, quiso quitar hierro al asunto comentando que fue un “lapsus” de su compañero. Muchos creen que de lapsus poco y que, aprovechando la situación, soltó lo que muchos piensan pero nadie se atreve a decir y que en resumen es; que el Gobierno está llevando a cabo una dictadura ‘chavista’.
Pero ahora resulta que ha salido a la luz un e-mail del 15 de abril que deja claro de dónde vienen las palabras del general José Manuel Santiago. Al parecer, el correo trata de una orden interna a la Guardia Civil para que ésta recoja toda información que pueda herir sensibilidades y crear “desafección a instituciones del gobierno”.
El objetivo de este e-mail era recopilar toda información ‘hiriente’ para el Ejecutivo y dicho material sería entregado, como no, a Grande-Marlaska.
El correo insta a la Guardia Civil a perseguir e informar de toda noticia falsa “susceptible de provocar estrés social y desafección a instituciones del Gobierno”, apuntó el informe.
Es decir, todo aquello que haga daño al máximo Ejecutivo debe ser comunicado de inmediato al ministro de Interior. El correo, con fecha 15 de abril, insta a los agentes del cuerpo a la “identificación, estudio y seguimiento en relación con la situación creada por el Covid-19 de campañas de desinformación, así como publicaciones desmintiendo bulos y fake news susceptibles de generación de estrés social y desafección a instituciones del Gobierno”…manda narices. Más claro imposible.
Ahí tienen la prueba del por qué el jefe del Estado Mayor de la guardia Civil sorprendió con esas palabras en la rueda de prensa. ¿Creen que fue un lapsus? juzguen ustedes mismos.
Los datos recopilados sobre bulos y ‘fake news’, a su juicio claro está, deben ser entregado cada viernes con la misión de elaborar un estudio sobre las actuaciones de ciberseguridad de la Guardia Civil en cuanto al Covid-19 y tratadas más tarde en el ministerio de Interior.
Además, también se debe informar de denuncias por delitos informáticos, daños por robo de información y de secretos de empresa, investigaciones judicializadas por delitos informáticos vinculados al escenario del coronavirus y denuncias administrativas y judiciales de bloqueo o cierre de páginas web y de perfiles de RRSS utilizados para fines fraudulentos o delictivos.
Es decir, cuidado con lo que escribes porque hasta pueden cerrarte un periódico si no vas acorde al compás que toca Sánchez y sus bailarines de salón.
Esta estrategia, dictatorial para muchos, trata de mantener informado al Gobierno sobre quién, a través de informaciones falsas, puede hacer daño y desestabilizar a las instituciones, poniendo en tela de juicio la credibilidad de ésta. Y con dicho informe, buscar hechos delictivos para rendir cuentas ante un juez. Pero, ¿quién tiene autoridad para decir que una información es falsa?
Queda claro que hay muchos bulos en las redes sociales, pero hay también informaciones que para nada lo son y son tratados como tal porque perjudican la integridad de alguien o de un todo, como se cuestiona últimamente a los que nos ‘lideran’ en esta lucha por la supervivencia ante la epidemia.