Desquiciada por los continuos ataques a su manifestación femipodemita
La mujer de Iglesias ya no sabe que ‘tontería’ decir para defender su valioso tesoro; las absurdas femipodemitas y sus suculentas subvenciones.
Los ataques al 8-M son continuos. Demostrado por activa y por pasiva que la ‘mal-infestación’ fue el foco principal de la expansión del coronavirus, la ministra de Igualdad se defiende como puede y suelta perlas como que “esas movilizaciones lo que traen son supervivientes”. LAMENTABLE.
Es decir, una manifestación que a la postre fue el desencadenante de una ‘plaga’ que arrasó Madrid y la mujer de Pablo Iglesias tiene la poca vergüenza de decir que trae supervivientes. Que poco respeto hacia las numerosas víctimas y contagios que trajo la maldita manifestación femipodemita.
Y todo porque se sintió hoy acorralada en el Congreso tras una afirmación de la diputada del PP, Margarita Prohens, que acusó a Montero de “jugar a la ruleta rusa” con miles de mujeres y al Gobierno de antifeminista: “¿Qué sororidad practica cuando le hacen tres o cuatro test mientras las sanitarias no tienen ninguno? Viva la igualdad y vivan los gobiernos que no mienten y vivan las mujeres que se preocupan de otras mujeres aunque les vaya la foto en ello”.
Brutal el ‘zasca’ que se llevó la mujer de Iglesias, que tuvo que aguantar el chaparrón cuando la diputada del PP continuó diciendo que “¿sabe lo que hubiera sido feminista? Compartir esto con el resto de mujeres para que pudiéramos elegir como hicieron ustedes. Nada menos feminista que confundir las críticas a su incompetencia que con críticas a todas las mujeres y al movimiento feminista. Usted no es el feminismo, es la autoridad que ocultó a las mujeres que el 8-M estábamos en peligro. No confunda: el feminismo no es culpable, usted sí“.
Como bien añadió Prohens, el Gobierno pasó del no se sabía, al no se podía decir, al me callo y sigo con mi campaña supuesta feminista, pasando por alto todas las advertencias de peligro que ya existían sobre el maldito coronavirus.
Preguntas que quedan en el aire pero a las que tendrán que contestar si la juez Carmen Rodríguez-Medel sigue adelante con su investigación sobre el 8-M y el coronavirus.