Dejará de estar aforado en el Tribunal Supremo y podrá ser imputado por la pieza 10 del caso Villarejo
Mamarrachada, fantochada…o, simplemente, Pablo Iglesias sabe a la perfección que no le va a pasar absolutamente nada. El tiempo lo dirá, pero este hombre es, como dijo un político, listo y peligroso.
El vicepresidente segundo del Gobierno no renunciará a su acta como diputado hasta que comience la campaña electoral para las elecciones en Madrid. Curiosamente, imitará a la perfección lo que ya en su día hizo Salvador Illa en Cataluña…y que fue muy criticado por Podemos…pero eso es otra historia. Ya sabemos cómo se las gastan estos políticos de hoy en día.
La cuestión es que en el momento que deje su cargo, dejará de estar aforado en el Tribunal Supremo. Es decir, se acabó el chollo de la protección judicial.
Muchos se frotan las manos, ya que el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, podría imputar al señor Iglesias por la pieza 10 del caso Villarejo, más conocido como Dina.
Descubrimiento y revelación de secretos, denuncias falsas y daños informáticos. Dos semanas, más el tiempo en el que se conforme la Asamblea de Madrid, para poner entre la espada y la pared al líder podemita. ¿Tan necio es? Por desgracia, lo tendrá todo bien atado.
El partido morado dejó claro que el vicepresidente dejará su escaño y lo hará antes de que arranque la campaña electoral. La Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg) permite a Iglesias en su artículo 153.3 mantener su acta hasta que se constituya la Asamblea. En el momento en el que se decante por su acta autonómica, se acabó su inmunidad.