Un artículo de Rodrigo Pardo Pimentel
He buscado en las galerías de fotos de todos los medios digitales de la región y no he encontrado ninguna foto de Santiago Abascal, líder de Vox, saludando al fichaje estrella de Alberto Garre. La única foto donde aparecen los dos es la que llevamos en la cabecera de este artículo y en la que Santiago Abascal ni se da cuenta de que está el expresidente del Partido Popular de la Comunidad Autónoma de Murcia y paladín de la lucha contra la corrupción.
Recordemos que Alberto Garre va de número tres a la Asamblea Regional y que era el ariete de Vox frente al todopoderoso Partido Popular. ¿No era lógica una foto conjunta de los candidatos principales a la Asamblea y al Ayuntamiento de Cartagena con el presidente de Vox?
Vox y su jefe son expertos en utilizar a las personas y después llevarlas al ostracismo; lo raro es que una personalidad como Alberto Garre ni siquiera haya aguantado 15 días de campaña y que le traten como a alguien sin nada que decir ni aportar, prescindible. Si en esta X Legislatura en la Asamblea Regional de Murcia hemos visto cosas increíbles, especialmente la lucha entre la libertad y los derechos de los diputados frente a los aparatos totalitarios de los partidos; en la XI, que empieza el próximo domingo, veremos como la estrategia de Vox de que cualquiera vale para encabezar sus candidaturas es uno de los mayores errores que esta organización ha podido cometer y que le llevará a su desaparición.
Los resultados del próximo domingo serán buenos para Vox, pero el veneno que han inoculado en la organización lo va destruyendo todo y si Dios lo quiere lo veremos.
A las personas nos gusta que nos mimen y además nos creemos imprescindibles, pero eso Santiago Abascal no sabe ni quiere hacerlo, el único imprescindible es él y D. Alberto Garre lo comprobará en sus propias carnes.
¿Alguien se acuerda de D. Ramón Tamames, candidato a la presidencia de España por Vox? Usar y tirar, como los pañuelos de papel.
¿Cuánto aguantará D. Alberto en el Grupo Parlamentario Vox?
Solo sentimientos más poderosos, el rencor, por ejemplo, pueden hacerle aguantar el ninguneo de las personas que están a su lado, que se hacen llamar compañeros pero que él ya sabe que no lo son. Él es un paracaidista y cuando se celebren las elecciones le pasará como a los paracaidistas de las películas que siempre terminan tiroteados antes de llegar al suelo.
D. Alberto Garre a lo largo de su historia ya ha demostrado sus capacidades y ahora se encuentra en un grupo que tiene que demostrar ahora su valía. Si en el Partido Popular él creía que había lobos, que espere a conocer los interiores del actual Vox.
Buena suerte D. Alberto, pero si quiere ser feliz vaya preparando ya su jubilación.
