Ocho detenidos y diez heridos
Situación insostenible. ¿A quién le damos las gracias?
El campamento tinerfeño para inmigrantes, Las Raíces, vivió ayer uno de los altercados más graves desde que se organizó allá por febrero para aglutinar los numerosos ilegales que llegan a nuestras costas día sí día también.
Más de 1.200 ilegales se encuentran en dicho campamento, por lo que los altercados es el pan de cada día, pero el de ayer fue el más grave, con ocho detenidos y al menos diez heridos.
Un reguero de sangre se puede apreciar en uno de los vídeos que difundieron los encargados de este ‘circo’ mal gestionado por el Gobierno.
La sangre corresponde a un subsahariano que presentaba una fractura en la pierna con el hueso a la vista. No fue el único que necesitó atención hospitalaria, ya que al menos nueve ilegales más tuvieron que ser atendidos de diversas heridas.
Nadie sabe con exactitud cómo comenzó el tremendo altercado. Al parecer, varios inmigrantes llevaban días en huelga de hambre. Había pendiente una reunión con miembros de Accem para buscar soluciones pero no se llevó a cabo, por lo que la situación se volvió más que tensa, comenzando así una reyerta que pudo tener su inicio la noche anterior, donde también hubo una pelea en el comedor.
Situación lamentable la verdad. Todo por culpa de la masificación de ilegales que llegaron a la Península. Y no sólo en el campamento Las Raíces, los cinco campamentos restantes se encuentran en condiciones similares.
¿Culpables de tal vergonzosa situación? El primero, claro está, nuestro querido Gobierno, que para captar votos son los primeros que hacen ‘la pelota’ a los ilegales facilitando su entrada y luego, cuando pasa de moda el boom de las pateras, los abandonan a su suerte.
Todos aglutinados en condiciones de higiene lamentables y con escasez de comida. A eso súmenle la poca educación y malas costumbres de la gran mayoría de inmigrantes que desembarcan en España, concretamente en Las Islas. Todos exigen viajar a la Península y seguir con sus planes, sin importarles la pandemia y la tremenda crisis que atraviesa este patético país.
Madrid, Barcelona, Sevilla…Francia…son los destinos preferidos de esta gente que exigen libertad de movimiento y llevar a cabo así sus planes, saltándose a la tremenda las medidas establecidas.
Muchos lo han conseguido, con el beneplácito de este Gobierno, pero son tantos los ilegales llegados que la situación se ha vuelto dramática.
Este altercado no es el primero y tampoco será el último si no cambian las condiciones en los próximos días.
No sé, tal vez lo pueda solucionar la Cruz Roja. Que mande un par de chicas a organizar fiestas y bailar con los pobres ‘refugiados’…
