viernes, noviembre 22, 2024

Un Guardia Civil de Calpe llena el carro de comida de una señora y lo paga de su bolsillo

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La mujer se encontraba en la calle llorando porque no tenía dinero para alimentar a sus tres hijos

Algo buena va a traer ese maldito virus y se llama solidaridad. En estos momentos tan dramáticos que está atravesando España, la gente en general (no habrá virus que extirpe a toda la carroña de esta sociedad) está mostrando su lado más humano y solidario. Cada día las redes sociales se inundan de buenos gestos de la sociedad. Que aprendan los que nos gobiernan. Que dejen de mirar por sus intereses y asuman sus responsabilidades, ya que son culpables y mucho de lo que está pasando en nuestro país.

Ahora vamos a contar a los lectores de cuartaecicion.com un caso de lo más llamativo y bello. Un caso que no saldrá en muchos medios de comunicación (la gran mayoría por desgracia) manipulados por nuestros patéticos gobernantes; ¿por qué? porque el héroe anónimo es un Guardia Civil. Que aprendan, por ejemplo, esos actores que tenemos en nuestro país, que a lo único que se dedican es a infestar las redes sociales con tonterías sobre la gente buena que quiere ayudar. Que aprendan lo que es humanidad, cuando lo único que saben es odiar y ‘esconder’ sus millones de euros dando lecciones encima de moralidad…

Los hechos que ahora vamos a relatar sucedieron en Calpe (Valencia) hace 24 horas. La Guardia Civil hacía su trabajo de vigilancia se encontraron a una mujer en plena calle y un poco desubicada. Pararon inmediatamente el vehículo y fueron a atender a dicha mujer. Ésta lloraba desconsolada. Hundida.

Tras preguntar los agentes qué sucedía, ésta respondió que “iba a comprar comida para sus tres hijos que estaban en casa. Que no tenía nada y acudió a Servicios Sociales para que ayudase, pero ésta se encontraba cerrada y no tenía ni un euro para alimentar a sus pequeños”.

La Guardia Civil, de inmediato, llamó a la Cruz Roja. Cuando éstos llegaron y fueron informados de lo sucedido, apuntaron que “sí, la mujer tiene razón, pero ésto lleva un protocolo y hay que cumplirlo”.

Esta mujer tenía que seguir las absurdas directrices y dejar a sus hijos sin comida. Es lo que manda la Ley. En ese momento, uno de los guardias civiles, hasta las mismísimas narices de lo que ocurría, agarró a la mujer por el brazo y la metió en un supermercado. “Vamos a coger un carro y a llenarlo de comida”, afirmó.

La señora, sorprendida, siguió al ‘héroe’ sin rechistar y comnezó a echar alimentos en el carro. Al llegar a caja, el guardia civil sacó su cartera y pagó la compra. “Ahora coja su comida y váyase a su casa tranquila”, apuntó.

El hombre no dijo nada más y siguió su trabajo ante la mirada sorprendida de los allí presentes. Pero la mujer no quería dejar las cosas así. Una vez llegó a casa y depositó la abundante comida, llamó al 112 para dar constancia de los hechos. Quería saber quién era su héroe particular para expresarle su más sincero agradecimiento. Pero allí no tenían constancia de nada. Llamó entonces a la Guardia Civil de Calpe. Curiosamente, el Teniente Coronel tampoco conocía los hechos, ni el Comandante de puesto. Nadie sabía nada de este bues gesto solidario.

Se procedió entonces a localizar a dicho individuo…cuando las autoridades consiguieron dar con el hombre, éste reconoció lo que había hecho. Lo hizo de la forma más natural y quedó claro que, si no fuese por la llamada de la mujer, nadie se habría enterado que este guardia civil llevó a la mujer al supermercado, le llenó el carro de comida y lo pagó de su bolsillo. Hizo el trabajo de quienes cobran por ello. Lo hizo de manera solidaria y continuó con su obligación. Que aprendan los vividores y caraduras de este país.

El coronavirus traerá mil desgracias pero tal vez deje algo bueno en este putrefacto mundo; las cosas van a cambiar. La gente está cambiando. La humanidad está abriendo los ojos.

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