El Santo y Real Hospital espera 500.000 euros de la Autoridad Portuaria para la reanudación de la rehabilitación en una inversión que supera ya los 2,2 millones de euros
Nota de prensa Partido Cantonal.
De espaldas a la Patrona. Así afrontan las instituciones públicas la ardua tarea de la restauración completa de la Basílica de la Caridad. Hasta el momento, el Santo y Real Hospital ha invertido ya 2,2 millones de euros con fondos propios, cuyo grueso fundamental radica en 1,8 millones de un crédito que solicitó y que ha pagado de forma regular según el correspondiente pliego de condiciones. El pasado verano llegaron 250.000 euros más procedentes de la Comunidad Autónoma de una promesa del presidente regional, Fernando López Miras, de hace dos años. Y pare usted de contar en cuanto a dinero de los diferentes gobiernos. Las obras están paradas en la actualidad y sólo habrá continuación cuando la Autoridad Portuaria aporte 500.000 euros procedentes del 1,5 Cultural del Estado, según el compromiso que adquirió el organismo ubicado de la Plaza de los Héroes de Santiago de Cuba y Cavite.
Con esa partida de medio millón de euros culminaría por fin la rehabilitación del templo neoclásico del siglo XVIII, según informan al Partido Cantonal de Cartagena fuentes del Real y Santo Hospital de Caridad de toda solvencia. Aun quedaría la reconstrucción completa del edificio anexo que contará con despachos y un archivo que precisarían al menos de 750.000 euros más. En estos momentos, la centenaria institución palía el parón en las obras con la fabricación de importantes enseres de carpintería como los armarios de la sacristía y, sobre todo, columbarios que con el futuro abono de su usufructo por parte de los cartageneros llegarían nuevos ingresos necesarios para el fin de una intervención que acumula ya casi cinco años desde su inicio.
Entre los trabajos ya finalizados, destaca la costosa recuperación de la cúpula, de desproporcionadas dimensiones respecto a la superficie del edificio, con la revisión una a una de todas las piezas exteriores de zinc y del sistema interior de contrapesos que mantiene en pie la bóveda de casi 60 toneladas. También la puesta en valor de las vidrieras, muy costosa por su mal estado y que ha supuesto varios miles de euros por unidad. Así como la peana del altar mayor, las pinturas de los Cuatro Santos de Manuel Wsell de Gimbarda a ambos lados del mismo, y la capilla de San José.