Un artículo de Pepe Aguado
Me han tocado el punto álgido que, a mi modo de considerar su etimología (distinto del que tiene la RAE), significa “doloroso”. Por eso salto con ira contra esa ruin caterva de articulistas miserables que, víctimas de una morbosa y obsesiva tendencia política o, en muchos casos, actuando como calumniadores a sueldo, nos presentan lo blanco como negro y aseguran que el hielo está candente.
Hace ya muchos años que me dedico, aunque con algunas intermitencias, a publicar mis ideas, tanto en libros como en periódicos, en algunos casos como columnista habitual, y siempre tuve un cuidado meticuloso por atenerme a la verdad. Tenía para ello dos razones: la primera, que el lector merece todo mi respeto y tengo la obligación de no manipularlo ni confundirlo con mentiras o medias verdades; la segunda, que también debo respetar mi propia dignidad, evitando que se enfangue, como ocurre en varios medios de comunicación.
Antes de continuar, quiero dejar bien claro que no soy ni de izquierdas ni de derechas y, si salto a la palestra, no es para defender a VOX ni Anavid (creo que pueden hacerlo ellos sin mi ayuda), sino para desenmascarar la ruindad moral y la depauperación mental de quienes publican el artículo en cuestión.
El periódico Público, de sobra conocido por la poca credibilidad que merece, dada su habitual propensión a la mentira y a la tergiversación de la verdad, ha publicado un artículo titulado “Una asociación ligada a Vox justifica el ‘asesinato preventivo’ de mujeres”. Si ponéis este título en el navegador, os saldrá el artículo en cuestión. Esta asociación se llama Anavid.
Hasta ahora no sé si Anavid y la Asociación Contra la Sustracción Internacional de Menores están “ligada a VOX”. Lo que sí sabe todo el mundo es que el periódico Público está ligado al rojerío español e incluso se sospecha que está bien agarrado a su teta. Por eso estos aprendices de nazis siguen la consigna de Göbbels (“Miente, miente, miente”), conscientes de que su mentira es golosina para muchas mentes adoctrinadas por cualquier maldita ideología.
¡La primera en la frente! Para demostrar el cinismo de quienes han presentado esta publicación, basta con recurrir a la mayéutica socrática y responder con una pregunta: ¿Qué es mejor, estar vinculado a VOX o a la ETA, los separatas, el falso Comunismo, el Castrismo, el Chavismo, el Stalinismo y demás regímenes criminales? ¡Ay, majaderos! Estáis hundidos en vuestra propia mierda hasta las orejas y ponéis el grito en el cielo en cuanto os parece que alguien que no es de los vuestros se tira un pedo y, si no lo encontráis, os lo inventáis.
Analicemos ahora el resto de las palabras del título: “justifica el ‘asesinato preventivo’ de mujeres”.
En la cita que hace Público, pone en boca de Anavid o de la Asociación Contra la Sustracción Internacional de Menores la frase siguiente: “no resulta extraño que algunos recurran al asesinato preventivo de sus mujeres”.
Vamos a ver, señores de Público, si, con vuestros preclaros talentos rojeriles, sois capaces de comprenderme. ¿Desde cuándo son sinónimos “justificar” y “resultar extraño”? Si yo le digo a un amigo “Si vas por esa plaza, no resulta extraño que te roben la cartera”, ¿estoy justificando el robo? Está claro que no. Entonces, ¿a qué viene el cambio de palabras que habéis hecho? No puede caber ninguna duda de que es para defender a ese felón que tenemos de Presidente y que lo hacéis no por ignorancia, sino por maldad y sospecho que hasta por agradecimiento.
No es cierto que VOX, Anavid o la Asociación Contra la Sustracción Internacional de Menores nieguen lo que llamáis “violencia de género”. Niegan solamente que se consideren “de género”; pero se mantienen en su idea de firmeza contra toda violencia, considerando a todos los españoles bajo el precepto constitucional de ser “iguales ante la Ley”, todo lo contrario de lo que hace ese bochornoso, cutre y procaz Ministerio de Igualdad y este desvergonzado Gobierno, basado en la mentira y la traición.
Si no cuento aquí las experiencias de mi separación y divorcio, no es por falso pudor, sino porque habría mucho que escribir, incluso sobre el desvergonzado y cruel feminismo de los juzgados. Ya las tengo reflejadas en tres libros de títulos sugerentes: “Guía de divorciados, separados y aspirantes”, “Si pides Justicia, date por jodido” y “Cómo ser feliz, sin tener que matar a tu pareja”.
Cuando muere una mujer a manos de un hombre, se alborota el gallinero feminazi y se les llena de boca de frases como “Tolerancia cero”, “Ni una más” y minutos de silencio. Sólo un imbécil puede pensar que se consigue algo con eso.
Si tratamos de impedir un hecho, hemos de tomar medidas a priori. ¿Qué medidas a priori toma nuestra ya caduca Excmª. Srª. Ministra de Igualdad? No tengo noticia de ninguna. Tiene ya bastante ocupación con su labor destructiva de ir aumentando cada vez más el desnivel de desigualdad.
Para terminar, os ruego que tengáis presente que, cuando un hombre se ve sometido constantemente a la tortura desquiciante de su pareja y, además, se encuentra con organismos oficiales enemigos, llega a tal punto de agobio e impotencia, que se ofusca y obnubila hasta la desesperación. Si yo la hubiese matado, el criminal hubiese sido yo; pero ella hubiese sido la causante del crimen. Por eso yo también digo que: “no resulta extraño que algunos recurran al asesinato preventivo de sus mujeres”, sin que pueda entenderse eso como una justificación del asesinato.
Y, dicho esto, siempre cabe la posibilidad de que ahora venga alguien diciendo que Pepe Aguado justifica el “asesinato preventivo” de mujeres. Más valdría que dejasen de seguir el funesto ejemplo del terrible nazi Göbbels.