Reptaba hasta ella, la abrazaba por detrás y le tocaba los pechos
Un hombre ha sido condenado en Cartagena a cinco años y medio de cárcel por abusar sexualmente de su hija en una vivienda llena de basura en la trimilenaria.
Según se lee en la sentencia de la Sección 5ª de la Audiencia Provincial, con sede en Cartagena, los abusos se producían los fines de semana, que es cuando este individuo estaba con sus hijas (dos niñas de 10 y 13 años). La mayor fue la que vivió una auténtica pesadilla que la ha marcado de por vida.
Todos dormían en la misma habitación. Un cuarto lleno de basura (cables y restos de electrodomésticos). El agresor aprovechaba cuando todos dormían (las niñas, la pareja de éste y otro hijo) para reptar en calzoncillos hasta la víctima, situarse detrás de ellas y tocarle los pechos y las nalgas.
La víctima tiene ahora 17 años (han pasado ya cuatro años), pero relató con total contundencia el calvario vivido. “Todos los miembros de la familia dormían en el salón en colchones en el suelo y cuando se quedaban a solas ella y su padre, le tocaba las nalgas y el pecho”, apuntó la víctima, añadiendo que “reptaba en calzoncillos hasta mí y me tocaba. Me decía que estaba muy buena. Me paralizaba. Sentía asco y vergüenza”. Era consciente de que su padre “la había sexualizado”.
En cuanto al aspecto de la casa, este hombre de 51 años sufría el síndrome de acumulación. Tenía la vivienda llena de basura; aparatos eléctricos, electrodomésticos antiguos, cableado, mobiliario viejo…y hasta obras sin finalizar. Dormían con colchones en el suelo entre el cableado y demás.
Las tenía vigiladas por cámaras
La víctima, que en su momento tenía 13 años, también apuntó en la primera denuncia que su padre tenía cámaras por toda la casa y que las tenía vigiladas en todo momentos, ya que éstas estaban conectadas al ordenador portátil y al teléfono móvil del acusado
El hombre ha sido condenado a cinco años y medio de cárcel por abusar sexualmente de su hija pero quedó absuelto de abandono de menores. Una vez cumpla su condena, no podrá acercarse a menos de 500 metros de su hija durante 4 años y tendrá que indemnizar a la víctima con 4.000 euros por los daños morales causados.
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